El embajador retirado brasileño Celso Amorim, el principal asesor internacional del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, comparece este jueves ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, en Brasilia, para explicar las gestiones realizadas en la crisis de Venezuela. Esta misma mañana el canciller brasileño, Mauro Vieira, se reunía en Bogotá con su homólogo, Luis Gilberto Murillo, para coordinar los próximos pasos.
Amorim ha explicado en la Cámara baja que no se reunió con la líder opositora, María Corina Machado, durante su estancia en Caracas porque “alguien tenía que mantener el contacto con el Gobierno” de Nicolás Maduro. El diplomático ha dicho que la idea de nuevas elecciones fue lanzada por primera vez por “un no brasileño” al que no identificó y que, de prosperar, debería contar con una robusta fiscalización internacional de la Unión Europea. Sobre México, ha apuntado sin entrar en detalles a que el motivo por el que Andrés Manuel López Obrador se ha apartado del liderazgo en la mediación sobre Venezuela es para no condicionar a su sucesora, Claudia Sheinbaum, que tomará posesión el 1 de octubre.
«Nuestro objetivo principal es mantener la paz porque el escenario es muy peligroso», ha subrayado Amorim ante los senadores. Y, apelando a sus 60 años de experiencia en la diplomacia, ha añadido que «la impaciencia no es buena consejera».
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