Rusbelys Robles, una enfermera venezolana que llegó en 2022 con su familia a Nueva York, Estados Unidos, después de una travesía por 13 países de América Latina, fue estafada por los responsables de una falsa Corte de inmigración, que le prometieron la ansiada residencia permanente, reportó Univisión el 16 de septiembre.
El medio estadounidense reveló que los estafadores, encabezados por un hombre que se hace llamar Gustavo Cortez y se identifica como abogado, se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas que buscan regularizar su estatus migratorio, prometiendo soluciones rápidas y fáciles a cambio de grandes sumas de dinero.
La venezolana, que esperaba la aprobación del asilo político antes de caer en las garras de Cortez, le pagó 3.365 dólares a los estafadores. Una parte la consiguió con préstamos y el resto con su trabajo limpiando casas en Nueva York.
La nota del medio estadounidense señala que durante meses, los estafadores mantuvieron a la venezolana con falsas esperanzas, enviándole documentos falsos y prometiendo que su caso era procesado. Incluso la llevaron a una «audiencia» virtual, en la que un actor interpretaba el papel de un juez de inmigración, constató Univisión.
El montaje le permitió a Cortez robar miles de dólares a varias mujeres inmigrantes recién llegadas a Estados Unidos, sus principales víctimas. Otra de ellas fue Nivida Yolanda Green, una hondureña que llegó hace seis años a Nueva York con cuatro hijos. Le prometieron que en 8 días obtendría asilo político. La mujer pagó 1.115 dólares.
¿Falso abogado de migración en cárcel venezolana?
Univisión confirmó que la organización de Cortez no captaba el dinero de las víctimas directamente. Contaba con intermediarios que recibían los pagos en sus cuentas bancarias de Estados Unidos vía Zelle.
Asimismo, el medio estadounidense corroboró que el falso abogado no tenía una oficina en un edificio en New Jersey, contrario a lo que presumía. Mediante una llamada, el hombre admitió a Univisión que todo era una estafa. “Yo estuve en esto de la extorsión muchos años”, dijo Cortez.
El hombre afirmó que llamaba desde el penal de Tocuyito, en Venezuela, donde admitió que cumple una pena de 55 años por homicidio, extorsión y lavado de dinero. Sin embargo, en octubre de 2023, las autoridades venezolanas señalaron que ese recinto carcelario, ubicado en el estado Carabobo, había sido clausurado.
«Podemos decir que Tocuyito está cerrado, todas las estructuras criminales han sido desmanteladas», aseguró el entonces ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Remigio Ceballos, tras la toma y desalojo del recinto penitenciario.
El estafador se jactó de pertenecer a la banda criminal el Tren de Aragua y desestimó el impacto de sus delitos contra los inmigrantes debido a la condena que enfrenta en su país. También se negó a dar su verdadero nombre y nacionalidad y aseguró que nunca ha pisado territorio estadounidense.
La venezolana y la hondureña presentaron una denuncia por fraude en la policía de Nueva York.
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