El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, abordará esta semana en Latinoamérica temas clave para el gobierno de Donald Trump, como la inmigración proveniente de Centroamérica, la influencia de Irán y el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
Desde el viernes 19 hasta el domingo 21, el secretario de Estado viajará a Argentina, Ecuador, México y El Salvador, en la cuarta visita a la región desde que asumió el cargo hace más de un año, señaló AFP.
«Es un viaje con efectos tanto en política exterior como en política interna», dijo Erick Langer, experto en Latinoamérica de la Universidad de Georgetown, en referencia a las presidenciales de 2020 en Estados Unidos.
Trump, que busca reelegirse, ha puesto en el centro de su retórica el aumento de los inmigrantes indocumentados que llegan a la frontera sur, principalmente provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Pompeo hablará de esto el domingo con su par mexicano Marcelo Ebrard, luego de que el 15 de julio entrara en vigor una polémica normativa de Washington que restringe a los migrantes la posibilidad de solicitar asilo en Estados Unidos si llegan desde México, una medida rechazada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
«Los mexicanos ya han dejado claro que esta regla no afectará a México, por lo que no creo que vaya a ser un problema», dijo un alto funcionario del Departamento de Estado durante una sesión informativa sobre la gira.
Lee también: El Nuevo Herald: Ofensiva contra inmigración de Trump choca con sus políticas hacia Venezuela
El mismo domingo Pompeo visitará al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, que acaba de asumir las riendas de un país asolado por el crimen organizado y una economía estancada, motores de la emigración.
Para reforzar la cooperación en seguridad, Pompeo prevé extender un contrato de arrendamiento para el uso por parte de Estados Unidos de instalaciones en el aeropuerto internacional de El Salvador, importante para el apoyo de operaciones antinarcóticos, dijo el funcionario.
Cynthia Arnson, directora del programa de Latinoamérica del Wilson Center, subrayó la «seriedad» que México y El Salvador han mostrado para trabajar para detener el flujo de migrantes.
«La pregunta es si Pompeo puede promover un enfoque de colaboración que no ponga a los países emisores de migrantes o de tránsito de migrantes en la posición de tener que respaldar algunas prácticas de Estados Unidos consideradas inhumanas», dijo.
Espaldarazo a Macri
El periplo de Pompeo comenzará en Argentina, donde el presidente Mauricio Macri, que pactó severas medidas de austeridad con el FMI a cambio de un multimillonario auxilio para superar la crisis económica, busca reelegirse en octubre.
«Pompeo va a Argentina para ayudar a Macri, que podría perder», comentó Langer sobre el eventual regreso de la exmandataria Cristina Kirchner, simpatizante del socialismo de Cuba y Venezuela, esta vez como vicepresidenta.
La administración Trump, que prometió erradicar la «troika de la tiranía» de Cuba, Nicaragua y Venezuela, no sólo manda un mensaje a su base al respaldar al actual gobierno argentino, señaló Langer.
Al asistir a la Segunda Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo, que coincide con el 25 aniversario del atentado a la mutual judía AMIA en Buenos Aires, que dejó 85 muertos, Pompeo muestra que Washington «apoya a los judíos en todo el mundo», dijo.
Tras años de investigación, y pese a que Argentina acusó al gobierno iraní, nadie ha sido condenado por el ataque, cuya ejecución se atribuye al movimiento chiíta libanés Hezbolá respaldado por Teherán.
El mensaje de Pompeo será claro, según otro funcionario: «Estados Unidos continuará ejerciendo una presión sin precedentes sobre Irán hasta que cese todo comportamiento maligno, incluido el que lleva a cabo Hezbolá».
Para Benjamin Gedan, especialista sobre Argentina en el Wilson Center, la designación del gobierno de Macri de Hezbolá como organización terrorista, esperada esta semana, «es una victoria» para Trump, enemigo declarado de Irán.
Gracias, Lenín
Pompeo verá el sábado en Guayaquil al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, quien según el Departamento de Estado, «ha hecho un gran trabajo» para dar «un nuevo rumbo» a la relación bilateral, en notorio giro respecto a su antecesor Rafael Correa.
Lee también: Guaidó: ‘El mundo está claro nuestro país padece una dictadura que viola los DDHH, es imperioso ejercer la presión’
Para satisfacción de Washington, Moreno retiró en abril el asilo diplomático a Assange, tras haberlo albergado durante casi siete años en su embajada en Londres, donde evitaba ser extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos de espionaje.
«Pompeo le mostrará su agradecimiento», dijo Langer, sin descartar la posibilidad de avances en la cooperación en seguridad reactivada el año pasado.
Al comentar la escala en Ecuador, un funcionario estadounidense elogió a Moreno por liderar el llamado Proceso de Quito, que coordina políticas dirigidas a millones de venezolanos que han huido en medio del colapso económico del gobierno de Nicolás Maduro.
«Dada la reunión del Grupo de Lima en Buenos Aires el lunes 23, el viaje también le brinda (a Pompeo) una importante oportunidad para interactuar con los líderes regionales sobre Venezuela, para discutir formas de aumentar la presión sobre el régimen de Maduro y ayudar a los países a lidiar con la afluencia masiva de refugiados venezolanos», dijo Arnson.
Con información de El Universal