Richard Blanco logró salir de Venezuela el 17 de junio. Cruzó por una trocha en la frontera con Colombia. Días después llegó a Argentina, donde se ha instalado tras escapar del régimen de Nicolás Maduro, que lo despojó de su inmunidad parlamentaria por medio de un procedimiento inconstitucional, para juzgarlo por traición a la patria, conspiración, instigación a la insurrección, rebelión civil, concierto para delinquir, usurpación de funciones e instigación pública a la desobediencia de las leyes y el odio.
Por Gabriel Bastidas / Infobae
Blanco es solo uno de los 19 diputados que el régimen ha perseguido judicialmente en lo que va de año. A ellos se suman otros parlamentarios que en años anteriores también han tenido que irse al exilio para resguardarse, como Julio Borges, Ismael García, Gaby Arellano, José Manuel Olivares, Adriana D’Elía, Germán Ferrer, Rosmit Mantilla o Dinorah Figuera, entre otros.
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El régimen con su ofensiva, al obligar a los parlamentarios a huir del país, estaría buscando quebrar el quórum mínimo requerido para sesionar, que es de 84 diputados.
Por ello, Richard Blanco ha solicitado que sea modificado el Reglamento de Interior y de Debates para poder participar en las sesiones, desde Buenos Aires.
«Que bajo la presencia virtual, los parlamentarios que estamos fuera de Venezuela o los que están en una embajada producto del acoso y la persecución, puedan expresarse, solicitar derechos de palabra, ocupar sus funciones como si estuviesen en el hemiciclo», propuso.
Ya el pasado 30 de julio se vivió una primera experiencia, cuando el diputado Julio Borges, desde Bogotá, participó en la sesión por medio de un video para informar de sus gestiones ante el Grupo de Lima.
Fujimorazo por cuotas
«En Venezuela hay un fujimorazo por entregas, por cuotas», denunció el diputado Eustoquio Contreras, quien hace un par de años rompió con el chavismo. De esa manera explica la estrategia del régimen, que avanza con el desmantelamiento progresivo del único poder en Venezuela con legitimidad reconocida internacionalmente: la Asamblea Nacional.
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El parlamentario Williams Dávila coincide. «Buscan eliminar la Asamblea Nacional por inacción», advirtió.
Por ello planteó la necesidad de habilitar mecanismos que permitan la comunicación y votación electrónica de los diputados que están refugiados, en el exilio o la clandestinidad, «para que la Asamblea mantenga viva su vigencia».
Ya la Comisión Permanente de Política Interior del Legislativo inició el procedimiento para considerar la aprobación de un proyecto de ley de Parlamento Virtual.
«Lo que tengamos que hacer, lo haremos. Todo dentro de lo que está previsto en la Constitución. ¿Cómo pudiera ser? Pudiera ser por videoconferencia, de manera que se pueda interactuar y el parlamentario pueda efectuar su participación e incluso su votación. Pero no es que nosotros estemos pensando en la sustitución del parlamento presencial, de carne y hueso, por un parlamento virtual», aclaró la presidenta de dicha Comisión, Dennis Fernández.
A su juicio, en este momento no está en riesgo el quórum ya que solo tres curules están vacías, pues tanto el diputado principal como el suplente están en el exilio o a resguardo. Ellos son el diputado Henry Ramos Allup, y su suplente Ramón López; el diputado Freddy Guevara, y su suplente Juan Andrés Mejía; y el diputado Sergio Vergara, y su suplente Rosmit Mantilla.
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El presidente de la Asamblea Nacional, y presidente encargado de la República, Juan Guaidó, ya indicó que de ser necesario, de manera extraordinaria implementarán los mecanismos que permitan que el Parlamento siga funcionando, como por ejemplo la presencia de los diputados de manera remota o la convocatoria de sesiones en otros lugares en caso de que el Palacio Federal Legislativo sea tomado por el régimen mediante el uso de la fuerza.
«Si el régimen quiere meter un tanque, si quieren disparar como ya lo han hecho en contra del Palacio Federal Legislativo, no nos van a detener. Vamos a ejercer funciones dónde y cómo corresponda», enfatizó Guaidó.
Legislar desde una embajada
Pero no solo hay diputados en el exilio. Freddy Guevara, Mariela Magallanes, Américo De Grazia y Franco Casella se encuentran refugiados en las embajadas de Chile, Italia y México, respectivamente.
Aunque desde allí continúan trabajando y manteniendo algunas de sus responsabilidades, no pueden cumplir con todas, por las restricciones que implica estar en la residencia de un embajador.
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«Quiero volver al Parlamento, ejercer libremente mis funciones, denunciar, proponer, hacer», dice uno de estos legisladores, que apoya que se busquen alternativas para proteger a la Asamblea ante cualquier pretensión del régimen de acabarla, en este caso por falta de quórum.
Confía en que las representaciones diplomáticas no pondrán inconvenientes para permitirles participar de manera virtual en las sesiones, pues el Parlamento es la única institución de Venezuela reconocida con legitimidad por dichos países.
En el caso de Freddy Guevara, es el diputado que más tiempo tiene con protección diplomática. Cumplirá en noviembre dos años en la residencia del embajador de Chile en Caracas. Tuvo que buscar resguardo en 2017, cuando era perseguido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia, a pesar de su investidura como Vicepresidente del Parlamento. Desde entonces, solo se ha expresado en público a través de las redes sociales o por algunas entrevistas, pero no ha podido continuar cabalmente con la labor como diputado para la que fue electo en el año 2015, cuando la oposición ganó la mayoría de la Asamblea Nacional.
Con información de Infobae