Para Sandro Castro, nieto de Fidel Castro, emprendedor y propietario «afortunado» de tres establecimientos nocturnos de fama en La Habana, lo de llenar el tanque del carro de combustible no parece un problema grave en medio de la crisis que afecta Cuba y tiene al transporte en jaque.
«Gracias Dios», escribió el joven en una foto publicada en una historia de la red social Instagram.
En la pizarra del automóvil puede verse que el depósito quedó lleno. ¿Habrá hecho alguna de las kilométricas colas que se ven por estos días en La Habana y otros sitios de la Isla para alcanzar el combustible en alguna gasolinera?
Sandro Castro ha sido criticado por ser dueño de los bares Fantaxy y Espacio de La Habana. En sus redes también se le ve promoviendo con mucho ahínco ofertas de otro espacio popular: EFE. Son muy corrientes las ofertas para atraer a las mujeres.
En mayo de 2017 un youtuber español que visitó la Isla denunció la «prostitución oculta» que se ejerce en la Isla y en específico se refirió a la situación que experimentó en el Fantaxy, ubicado en Miramar, Playa.
Varias veces el influencer hizo saber que los precios del local, que identificó como uno de los lugares más chic y de moda en La Habana, son «una barbaridad» que difícilmente se puedan permitir los cubanos comunes.
El pasado mes de mayo el periodista Mario Vallejo hizo pública una foto de Sandro Castro patrocinando un certamen de belleza clandestino. Según el reportero, «con el único fin de reclutar jóvenes cubanas para que participen en sus fiestas privadas y orgías».
El joven presume en sus redes de lujos y viajes que puede realizar dentro y fuera de la Isla.
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