Nicolás Maduro desde su palacio presidencial en Caracas proyecta una imagen de fortaleza y su control sobre el poder parece seguro. Los residentes tienen un suministro regular de electricidad y gasolina. Las tiendas están repletas de productos importados, según reseña The New York Times.
Pero más allá de la ciudad capital, esta fachada de orden se derrite rápidamente. Con el fin de preservar la calidad de vida de sus patrocinadores más importantes, las élites políticas y militares del país, su administración ha vertido los recursos cada vez más reducidos del país en Caracas y ha abandonado grandes franjas de Venezuela.
“Venezuela está rota como Estado, como país”, dijo Dimitris Pantoulas, un analista político en Caracas. “Los pocos recursos disponibles se invierten en la capital para proteger la sede del poder, creando un ‘miniestado’ en medio del colapso”.
En gran parte del país, se han abandonado las funciones básicas del gobierno, como la policía , el mantenimiento de carreteras, la atención médica y los servicios públicos.
Haga click aquí para leer la nota completa en inglés en The New York Times
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.