Michelle Carter, la joven de Massachusetts que incitó a su novio a suicidarse a través de mensajes de texto, salió libre tres meses antes de que se cumpliera su condena por homicidio involuntario.
Después de servir una sentencia de 15 meses en la correccional del condado de Bristol, en Dartmouth, Massachusetts, la joven de 23 años recuperó su libertad antes de tiempo por “buen comportamiento”.
En declaraciones para ABC News, Jonathan Darling, jefe de información pública de la comisaría del condado de Bristol, dijo que Carter había sido una “reclusa modelo”.
Darling detalló que la joven fue educada con el personal y fue voluntaria en la prisión. También dijo que no tuvo problemas de disciplina y que participó en programas ofrecidos por la cárcel que le permitieron disfrutar de “buen tiempo”, algo que los reclusos pueden ganar cada mes.
En los muchos mensajes que intercambiaron Michelle Carter y su novio suicida, mientras se esforzaban por entender “el peor dolor” y discutían las mejores maneras de morir, destaca una observación en la que reparan en todo aquello que no eran capaces de comprender.
“Algunas veces las cosas suceden y nunca sabremos el motivo” escribió Carter, entonces de 17 años, a Conrad Roy III, de 18, en un día de verano del 2014.
Él se envenenó a sí mismo con monóxido de carbono en el estacionamiento de un Kmart en la ciudad de Fairhaven, Massachusetts, después de intercambiar mensajes de texto y hablar dos veces por teléfono con Carter aquel día de verano. Ella vivía a 80 kilómetros de allí, en Plainville, Massachusetts. Ella insistió en que estaría mejor muerto.
Los dos jóvenes apenas se veían en persona. Llevaban vidas separadas, ambas acosadas por la dificultad, en distintas ciudades de Massachussets. Pero desarrollaron un intenso vínculo online después de verse en Naples, Florida, en 2012, cuando cada uno visitaba a sus familiares.
Intercambiaron historias de su angustia, y Carter le recomendó a Roy que buscara tratamiento para su depresión. Pronto, sin embargo, ella le comenzó a sugerir formas de suicidarse, algo que él había intentado anteriormente. (The National Suicide Prevention Lifeline ofrece asistencia gratuita y confidencial a las personas en situaciones difíciles).
“Bebe lejía. ¿Por qué simplemente no bebes lejía?”, le preguntó en mensajes que recuperaron los investigadores del celular de Roy. “Cuélgate, salta de un edificio, apuñálate. Hay muchas maneras”.
El día antes de que le encontraran muerto en su camioneta, ella le había presionado para que llevara a cabo su plan. En algunos de esos intercambios, Carter parecía estar culpando a Roy del retraso en suicidarse. “Así que supongo que no vas a hacerlo. Entonces, todo eso para nada… Estoy tan confundida, como tú estabas dispuesto y decidido”, dijo.
“Si quieres hacerlo tanto como dices, hoy es el día”, le dijo ella en un mensaje de texto un día antes de su muerte. “Te amo”, le escribió repetidamente, y él le devolvió las palabras.
Cuando Roy dijo que quería volver a dormir, Carter sugirió que “ahora” era el mejor momento para hacerlo, porque todo el mundo todavía estaba durmiendo.
«Sólo ve a algún lugar con tu camioneta. Nadie está fuera a esta hora, que es un momento extraño», le dijo.
En otro texto, ese mismo día, ella siguió empujando. “Pensé que querías hacer esto. Es el momento adecuado y estás listo… Sólo hazlo, bebé”, le escribió.
Poco después de la muerte de Roy, Carter le contó a una amiga que ella estaba en contacto con él por teléfono cuando se mató. “Lo ayudé a facilitar las cosas y le dije que estaba bien. Podría haberlo detenido o llamado a la policía, pero no lo hice”, le contó en un mensaje a su amiga.
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