No son datos muy precisos. Algunos hablan de media hora. Otros alargan el encuentro hasta los 40 minutos. Lo cierto es que todos coinciden en la misma versión: el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, mantuvo un encuentro con la número dos del Gobierno de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, en la madrugada del pasado lunes en el avión que la llevó desde Caracas a Madrid. La vicepresidenta de Venezuela tiene prohibido poner pie en cualquier país de la Unión Europea pero, según el Gobierno, no llegó a entrar en España.
POR FERNANDO LÁZARO – LUIS ÁNGEL SANZ – EL MUNDO
Ábalos y miembros de su equipo manejaron durante el jueves y el viernes versiones contradictorias que fueron cambiando según transcurrían las horas. Además, tanto en Moncloa como en Fomento guardaron un espeso silencio durante casi todo el jueves, cuando estalló la polémica tras informar de esa supuesta reunión el diario digital Vozpopuli. El incidente ha provocado un profundo malestar tanto en el Ejecutivo como en el PSOE, sobre todo por las consecuencias diplomáticas que podría tener.
Ábalos negó desde el principio haber mantenido ningún tipo de reunión con Rodríguez. Luego lo redujo a que no tuvieron un «contacto formal», para admitir finalmente que subió al avión, la saludó y conversó con ella, al menos durante unos minutos. Además, explicó que le transmitió que «lamentablemente no puede pisar territorio español», como explicó él mismo desde La Coruña.
Según la reconstrucción de los hechos realizada tras hablar con distintas fuentes, Delcy, el ministro de Turismo de Venezuela y otros miembros de una delegación chavista aterrizaron en el aeropuerto de Barajas en el vuelo TC AKE, de la compañía Sky Valet, un Falcon 900, que partió el domingo desde el aeropuerto de Simón Bolívar de Caracas.
Su aterrizaje en Madrid se produjo sobre las 00.12 horas ya del lunes en una terminal ejecutiva donde se gestionan este tipo de vuelos privados. Allí permaneció hasta el lunes a las 14.42 horas, cuando despegó hacia el aeropuerto de Ankara, donde la mano derecha de Maduro, y amiga de José Luis Rodríguez Zapatero iba a comenzar un viaje oficial.
VIGILANCIA POLICIAL
Como explican fuentes cercanas al procedimiento, el Ejecutivo de Maduro ya había alertado a las autoridades del desplazamiento de la delegación. Como confirmó también el propio Ábalos, el Ministerio del Interior tenía conocimiento del viaje desde antes del aterrizaje. Por eso, agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y un comisario de fronteras estuvieron en todo momento vigilando los movimientos de la dirigente chavista, porque no podía atravesar el control de pasaportes y entrar en España.
Como los responsables del Ministerio del Interior conocían de antemano que en ese vuelo viajaba también la vicepresidenta de Maduro, las fuerzas de seguridad de Barajas se tensionaron. La llegada del avión alteró la jornada. Los dos comisarios encargados de la seguridad del aeropuerto tuvieron que ocuparse del asunto hasta altas horas de la madrugada.
El área de seguridad del aeropuerto, debido a su complejidad, tiene una doble dependencia, tanto de la Policía como de la Guardia Civil. Por lo que, como apuntan estas fuentes, en situaciones delicadas, quien pilota la situación es la Secretaría de Estado de Seguridad.
Tras el aterrizaje, la vicepresidenta del Gobierno venezolano exigió mantener un encuentro con «alguien del PSOE», ya que no podía entrar en España. En el caso de Ábalos se da la doble condición de ministro y de secretario de organización del partido, del que es el número tres. La situación era tensa. Y Ábalos no tardó en llegar.
El ministro avisó al Ministerio del Interior de su desplazamiento. Según la versión del titular de Fomento, él sólo fue a buscar al ministro de Turismo, Félix Plasencia. Cuando subió al avión y según explicó, «a instancias del ministro de Turismo, me pidió si no me importaba saludarla» [a la vicepresidenta] «en esas circunstancias no sé cómo reacciona cada uno pero, en mi caso, la saludé. Nada más».
El dirigente socialista -de la máxima confianza de Pedro Sánchez- también le dijo a Delcy Rodríguez que «lamentablemente, no puede pisar territorio español», como asegura que no ocurrió. Ábalos vio a la líder venezolana en el avión y mantiene que no mantuvo ningún tipo de reunión con ella. Los dos únicos temas que asegura que trató fue el saludo inicial y la advertencia de que no podía pisar España.
Como añadió después, Ábalos no sabe si Rodríguez se desplazó después a la sala de autoridades, como aseguran otras fuentes. Lo que sí afirmó es que no entró en territorio español, al que se accede sólo tras pasar «el control de pasaportes», según dijo.
La visita del ministro finalizó sobre las 3.30 horas, momento en que, según estas fuentes, abandonó el aeropuerto.
PP, Ciudadanos y Vox han exigido la dimisión del ministro si se reunió con Rodríguez. Hoy, Ábalos arremetió contra ellos porque sólo buscan «la confrontación» y «crear más problemas añadidos en el ámbito diplomático».
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