El astronauta italiano Luca Parmitano destacó este sábado, al volver a la Tierra tras su segunda misión de seis meses en la Estación Espacial Internacional (EEI), que el equipo ha logrado sacar adelante una serie de proyectos «que hace cinco años parecían imposibles».
Parmitano, en rueda de prensa en la sede de la Agencia Espacial Europa (ESA) en Colonia (oeste de Alemania), se mostró locuaz, «muy contento», «emocionado» y, al volver a sentir la gravedad terrestre, «un poco pesado».
«¿A dónde queremos ir? ¿A la Luna, a Marte? Iremos adonde queramos. Tan rápido y tan lejos como queramos», aseguró en respuesta a la pregunta de una adolescente.
El astronauta aprovechó para destacar como todas personas involucradas en el proyecto, profesionales de distintos países y culturas, trabajaron a una como un «gran equipo», como «hermanos», ignorando la creciente «polarización» en el mundo.
«Es una cosa milagrosa en un período muy especial», señaló Parmitano, que quiso destacar el «esfuerzo de todos los involucrados», «en la Tierra y en la EEI», antes y durante la misión, para que todo saliese adelante con éxito.
«Hicimos algo como grupo que hace cinco años parecía imposible», señaló.
El astronauta italiano, uno de los profesionales que más tiempo ha pasado en el espacio exterior, ha completado en esta última misión – de 201 días – cuatro paseos espaciales fuera de la Estación, con un tiempo total récord de 33 horas y 9 minutos.
En estas salidas operó de forma remota un «rover» en Holanda como parte del experimento «Analog-1», envió un mensaje importante sobre el cambio climático a los líderes congregados en la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) y contribuyó a llevar a cabo más de 250 experimentos.
Ha sido una misión muy intensa en la que Parmitano ha estado «muy ocupado»: «Sólo recuerdo tres fines de semana de dos días en los 201 días que he estado en el espacio».
«No hay un segundo en la EEI que sea igual a otro. Siempre hay algo nuevo, una sorpresa que ver y recordar», aseguró.
Parmitano regresó a la Tierra este jueves en una Soyuz rusa junto a la estadounidense Christina Koch y al ruso Alexander Skvortsov, poniendo fin a la segunda parte de la misión «Beyond», que había iniciado el 20 de julio del año pasado.
De seguido, el astronauta europeo voló directamente a Colonia, para que el equipo médico de la ESA analice su readaptación a la gravedad terrestre y proseguir con una serie de experimentos sobre los efectos para el ser humano de permanecer en el espacio.
EFE
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