Repsol perdió apenas 11 millones de euros en Venezuela en 2019, 86 millones menos que en 2018. He aquí el milagro en un ejercicio en el que la producción cayó en 7.000 barriles diarios, el régimen de Nicolás Maduro acentuó la crisis, se devaluaron los activos, cayó la calificación crediticia y el gobierno de Donald Trump incrementó la presión con más sanciones. Con todo, se demuestra lo que ha venido diciendo ALnavío. Que el régimen entregó las operaciones a las multinacionales para mejorar la eficiencia.
Daniel Gómez / ALnavío
La realidad del desastre petrolero de Nicolás Maduro y de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) no ensombrece lo conseguido por Repsol en Venezuela en 2019. La multinacional española está sabiendo encauzar las operaciones en un país en quiebra y en el que sus objetivos primordiales son mantener la posición, garantizar la seguridad de los trabajadores, y rebajar al mínimo la exposición patrimonial.
– Repsol perdió 11 millones de euros en 2019, dice el informe de resultados.
– 86 millones de euros menos que en 2018, cuando el resultado fue de -97 millones.
– La estabilización de las cuentas se produce en un ejercicio en el que la producción de PDVSA cayó en más de 40%.
– En el que el contexto político se vio agitado por la irrupción de Juan Guaidó.
– En el que una coalición de más de 55 países liderada por EEUU y España pidió la salida de Maduro.
– En el que el gobierno de Donald Trump redobló la presión contra el régimen.
– En el que la economía de Maduro siguió desplomándose.
Todo lo anterior confirma lo adelantado por el diario ALnavío. Que el régimen, desesperado por las sanciones y por el indetenible desplome de la economía, entregó las operaciones a las empresas asociadas con PDVSA -entre ellas Repsol- para mejorar la eficiencia. Lo muestran los resultados de un informe que también evidencia la plaga de acontecimientos sufridos en 2019.
La producción cayó en 7.000 barriles diarios. El informe de cuentas precisa que en 2019 la producción media fue de 55.000 barriles equivalentes de petróleo al día, mientras que en 2018 fue de 62.000. Esto no es nada si se compara con el desplome de PDVSA el año pasado, o el de otras multinacionales en Venezuela.
Continuó el desastre de Nicolás Maduro. Repsol explicó que “ha continuado la situación de inestabilidad política, la recesión económica y la inflación”. En el informe aportó indicadores como que el PIB cayó 40% en 2019 y que la inflación se situó en 7.374%.
Deterioro de activos. “El grupo ha reconocido provisiones por el perfil de crédito de PDVSA y por el deterioro del entorno de los negocios en Venezuela, afectando al valor de los instrumentos de financiación y cuentas a cobrar a PDVSA (-97 millones de euros) así como al valor de las inversiones contabilizadas por el método de la participación (-83 millones de euros)”, explicó el informe.
Las sanciones de Trump. El gobierno de Estados Unidos intensificó la presión contra el régimen de Nicolás Maduro en 2019. En enero sancionó a PDVSA, socia de Repsol en todos sus proyectos en Venezuela. En abril también dictó medidas contra el Banco Central, regulador al que rinde cuentas la petrolera española. Finalmente, en agosto llegó la orden ejecutiva de Trump que prohíbe a las empresas en EEUU hacer negocios con Maduro. Estas medidas de EEUU han obligado a Repsol a tomar medidas para no ser objeto de sanciones secundarias. Medidas que como dice la empresa en su informe, “no han tenido impactos significativos” en las cuentas.
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