La Policía Federal de Brasil interrogó el miércoles al ex presidente brasileño Lula da Silva, luego de que en noviembre de 2019 realizara unas declaraciones contra el actual jefe del Estado, Jair Bolsonaro, a quien acusó de “miliciano” y de tener relaciones con grupos armados.
La investigación comenzó a petición del ministro de Justicia, Sergio Moro. Ahora, la Policía Federal busca dirimir si Lula cometió el delito de calumnias hacia el jefe de Estado y consecuentemente violó la Ley de Seguridad Nacional. Las penas por el delito oscilan entre uno y cuatro años de cárcel.
El Partido de los Trabajadores (PT) al que pertenece el x mandatario ha explicado que el motivo del interrogatorio fue un video que se grabó tras su salida de la cárcel en noviembre de 2019. En el, acusó a Bolsonaro de “miliciano” y de estar detrás, entre otros asuntos, del asesinato de la activista y miembro del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) Marielle Franco.
“No es posible que un país del tamaño de Brasil tenga el desagrado de tener en el Gobierno a un miliciano responsable directo de la violencia contra el pueblo pobre, de la muerte de Marielle, del ‘impeachment’ contra Dilma, responsable de las mentiras en mi contra”, manifestó Lula en ese entonces.
Desde el entorno del ex mandatario rechazaron las acusaciones. “Ha sido claramente un intento de intimidación al ex presidente Lula”, ha denunciado el diputado del Partido de los Trabajadores (PT) Paulo Pimenta, tal y como recoge el diario brasileño Estadao.
Lula no se ha manifestado públicamente al respecto. Su última aparición tuvo lugar a mediados de febrero, cuando viajó al Vaticano para visitar al papa Franciso. Los dos se reunieron por primera vez el jueves en la residencia del Papa, Casa Santa Marta, durante una hora. Allí abordaron temas como las desigualdades, la lucha contra el hambre y el medioambiente.
Además, Francisco le expresó su satisfacción por poder verlo “caminando por la calle” tras su salida de prisión en noviembre. Fue la primera salida del país del ex mandatario tras salir de prisión. No obstante, Lula se encuentra en libertad provisional, y de hecho debió pedir que se posponga una indagatoria en el marco de la “Operación Zelotes” -en la que se encuentra acusado de corrupción pasiva- para poder viajar.
En total, Lula está condenado en dos procesos por corrupción -decisiones que apeló y por las cuales aguarda la decisión de instancias superiores- y tiene al menos otras siete investigaciones en su contra. En el caso de mayor perfil, el ex mandatario brasileño fue condenado en tercera instancia a ocho años y diez meses por corrupción pasiva y blanqueo de capitales, tras haber sido hallado culpable de recibir un apartamento en el balneario paulista del Guarujá a cambio de favores políticos a la constructora OAS.
Sergio Moro fue elegido por Bolsonaro como ministro de Justicia tras destacarse como juez encargado de la investigación sobre la operación ‘Lava Jato’, una de las causas de la prolífica y mediática trama de corrupción protagonizada por la empresa brasileña Odebrecht, que no sólo involucró a políticos brasileños, entre los que supuestamente estaría Lula, sino también a importantes líderes, ex presidentes incluidos, a lo largo de varios países del continente latinoamericano.
Con información de Europa Press- Infobae
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