La campaña de Estados Unidos contra Huawei se intensifica. Después de amenazar a sus socios europeos el pasado fin de semana en la conferencia de Seguridad de Múnich con dejar de compartir inteligencia si no excluyen al gigante tecnológico chino de sus redes 5G, el número dos del Departamento de Estado, Robert Strayer, ha emprendido una gira por algunas capitales europeas para remachar el mensaje y advertir de sus consecuencias.
Strayer ha insistido en que si los países deciden usar «tecnología no fiable» en sus redes 5G, eso «pondrá en peligro» la capacidad de Washington de compartir información «en el más alto nivel», incluida la relacionada con la defensa y la OTAN.
«Sabemos que hay proveedores seguros y de confianza con tecnología a la altura de Huawei, que son Ericsson, Nokia y Samsung. En Estados Unidos estamos usando a esas empresas para desplegar el 5G en docenas de ciudades», ha afirmado Strayer este jueves en la Embajada de Estados Unidos en Madrid.
El secretario de Estado adjunto de EE UU y responsable de política de información y comunicaciones cibernéticas e internacionales, ha mantenido encuentros con el sector privado, reguladores y autoridades, entre las que se encuentran el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y el de Asuntos Exteriores. A su juicio, «no deberían ser las operadoras de telecomunicaciones las que toman estas decisiones importantes de seguridad nacional, deberían ser los Gobiernos», ha subrayado Strayer. El número dos del Departamento de Estado ha celebrado que Telefónica haya anunciado que reducirá su contacto con la empresa china.
La UE ha avisado de que cada país tomará sus propias decisiones con respecto a Huawei y que no hay a priori un veto al gigante tecnológico, lo que no ha gustado a Washington.
La visita de Strayer se produce, además, días después de que el Gobierno español aprobara la creación de un impuesto sobre la actividad de las grandes empresas tecnológicas —conocido como tasa Google—- y de que la amenaza de nuevos aranceles para gravar productos como el aceite, el vino o el queso por parte de la Administración de Donald Trump haya golpeado de lleno al sector agroalimentario español. El alto cargo estadounidense ha querido desligar el ámbito comercial y el de seguridad.
El representante estadounidense pide a los Veintisiete que se ajusten al marco normativo que aprobó Bruselas el pasado mes de enero, donde plantea restricciones de acceso a determinados sectores para los proveedores considerados «de alto riesgo». «En China no hay imperio de la ley, no hay un sistema judicial independiente y el Partido Comunista chino puede ordenar a un proveedor como Huawei o ZTE que realice acciones que no están en el interés de los ciudadanos españoles o de todo el mundo», ha indicado Strayer.
«Es una consecuencia desafortunada por el hecho de que no podemos poner nuestra información importante en riesgo de ser accesible para el Partido Comunista chino», ha agregado Strayer.
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