La Asamblea Nacional certificó una contracción histórica de 39,65% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019, la cual se explica como resultado de un draconiano ajuste monetario con restricción del crédito bancario y el colapso del servicio eléctrico, aparte de factores estructurales como la vigencia de prolongados controles y la destrucción progresiva de la capacidad de producción interna.
Por: Armando J. Pernía/ Banca y Negocios
El diputado y economista Ángel Alvarado señala que esta caída de la economía venezolana es superior a la registrada por España durante los años de guerra civil entre 1936 y 1939. El parlamentario recordó que durante el primer apagón nacional de marzo de 2019, la economía se paralizó, generando una recesión mensual de 25%.
Para no irse tan atrás en el tiempo ni tan lejos en la geografía, hay que decir 2019 fue la culminación del peor período histórico de la economía venezolana. El país acumula seis años no de recesión, sino de depresión, agravada por una hiperinflación superior a dos años, y que aún persiste.
Ni las condiciones coyunturales ni las estructurales han cambiado, aunque los controles se han relajado, lo que ha permitido una cierta dinamización de algunos sectores, especialmente el comercio. La manufactura, en general, sigue hundida, ahora atacada por la competencia desleal de las importaciones libres de productos terminados.
Para que se tenga una idea de lo que estos seis años representan en términos de destrucción histórica de la economía, se pueden recordar algunos hitos:
– Durante la década de los años ´60 del siglo pasado, el único año cuando la economía se contrajo fue 1962, con una caída de -0,8%, a pesar de que había una complicada situación económica y el país estaba convulsionado por las conspiraciones militares y el fenómeno guerrillero.
– El año del «viernes negro», 1983, marcó el primer récord de contracción de la economía con una caída de 9,9%, debido a la fuerte crisis fiscal que atravesaba el gobierno de Luis Herrera Campíns y el impacto inflacionario de la devaluación del bolívar.
– En 1992 y 1993, la economía venezolana logró crecer 6,1% y 0,3%, a pesar de las convulsiones ocasionadas por los dos intentos de golpe de estado del primero de estos años y la destitución del entonces presidente Carlos Andrés Pérez en el 93.
– En medio de la peor crisis bancaria de la historia, que arrastró a más de la mitad del mercado financiero en 1994, la economía cayó -2,3% y se recuperó hasta una expansión de 4% en 1995.
– En los años 2002 y 2003 cuando se produjo la más elevada conflictividad política en por lo menos 60 años, con paros de empresas y de la actividad petrolera -algo nunca antes visto- y una crisis política aguda que supuso la destitución de facto del presidente Hugo Chávez por 48 horas, la economía registró contracciones de -8,9% y -7,8%, para recuperarse en 2004 a un formidable 18,3%, en buena medida como efecto rebote.
Más allá del impacto que generan las sanciones estadounidenses, el problema de fondo está en graves desequilibrios acumulados y no resueltos en más de una década, cuya factura, al parecer, el país no ha terminado de pagar, ya que para este año se espera una contracción de alrededor de 10%, pero con un escenario petrolero más complicado de lo esperado, el resultado puede ser peor.
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