Los supermercados de Estados Unidos establecieron protocolos especiales para mantener limpios y desinfectados los espacios comunes de las tiendas con el objetivo de prevenir un foco de infección por coronavirus.
En las afueras del supermercado Presidente, en Miami, hay una larga fila de personas que quieren entrar al establecimiento. Es mediodía y no hay ninguna oferta especial. Ni tampoco están regalando nada.
Desde hace unos días, muchos supermercados del sur de la Florida están limitando la entrada para cumplir con las ordenanzas estatales y asegurar la distancia social de casi dos metros (6 pies) en el interior.
Dentro del supermercado apenas se escuchan los ruidos de los carritos. Hay una veintena de personas haciendo la compra para seguir la cuarentena desde casa.
«Para protegernos a todos: a los clientes y a nosotros»
Lay Guzmán, una cajera cubana, aprovecha que no tiene a nadie para cobrar para limpiar su puesto de trabajo. Con un paño en una mano y una botella de desinfectante en la otra, la mujer limpia periódicamente el plástico que su empresa le ha puesto como medida de precaución por la COVID-19.
“Lo hago para proteger a nuestros clientes y protegernos a nosotros”, explica la mujer, que lleva varios años viviendo en el sur de la Florida, mientras pasa el trapo por encima de la termina de pago de tarjetas de crédito.
Vea también: Una visita de altura: abuelito usó una grúa para ver a su amada en cuarentena
En las últimas semanas, los funcionarios de salud han recomendado a la población llevar tapabocas en los espacios públicos, especialmente en supermercados, restaurantes y farmacias. La gran afluencia de personas hace que estos lugares se acaben convirtiendo en posibles focos de contagio del coronavirus, por lo que es indispensable tomar acción al respecto.
Osvaldo Pérez, ejecutivo de Presidente Supermarkets, una cadena de supermercados regentado por una familia cubana en el sur de la Florida, confirma a la Voz de América “que el supermercado no está muy lleno porque tenemos cierta cantidad de personas que podemos tener dentro para evitar el problema del contagio”.
“Las personas están haciendo la cola afuera y van entrando según van saliendo con una cantidad prudente de personas”, afirma al tiempo que señala que uno de los pasillos, lleno de comestibles, solo hay dos personas. Hace unos días, cuando estalló la crisis sanitaria, podría haber hasta 20 personas en un mismo corredor de ese mismo supermercado.
Manteniendo las precauciones
Su objetivo, además de asegurarse el abastecimiento, es “mantener las medidas de protección contra el coronavirus”.
Una de esas medidas es la profunda y constante limpieza de los espacios comunes para evitar, en la medida de lo posible, los contagios de la COVID-19.
“Es parte del cuidado que debemos tener: la protección con las máscaras, los guantes, y limpiar las zonas por donde constantemente está pasando el cliente”, afirma Pérez al tiempo que recuerda que “también se está fumigando la tienda por la noche”.
Muchas personas en el sur de la Florida, como en otras muchas partes del país, han mostrado su preocupación por los peligros que podría conllevar el hecho de ir a comprar físicamente a un supermercado.
“He venido con la mascarilla, con los guantes… Hay que protegerse que es muy importante”, confiesa Mercedes, una clienta de la tienda, mientras coloca unos refrescos en su carrito de la compra.
Con información de La Voz de América
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Los supermercados de Estados Unidos establecieron protocolos especiales para mantener limpios y desinfectados los espacios comunes de las tiendas con el objetivo de prevenir un foco de infección por coronavirus.
En las afueras del supermercado Presidente, en Miami, hay una larga fila de personas que quieren entrar al establecimiento. Es mediodía y no hay ninguna oferta especial. Ni tampoco están regalando nada.
Desde hace unos días, muchos supermercados del sur de la Florida están limitando la entrada para cumplir con las ordenanzas estatales y asegurar la distancia social de casi dos metros (6 pies) en el interior.
Dentro del supermercado apenas se escuchan los ruidos de los carritos. Hay una veintena de personas haciendo la compra para seguir la cuarentena desde casa.
«Para protegernos a todos: a los clientes y a nosotros»
Lay Guzmán, una cajera cubana, aprovecha que no tiene a nadie para cobrar para limpiar su puesto de trabajo. Con un paño en una mano y una botella de desinfectante en la otra, la mujer limpia periódicamente el plástico que su empresa le ha puesto como medida de precaución por la COVID-19.
“Lo hago para proteger a nuestros clientes y protegernos a nosotros”, explica la mujer, que lleva varios años viviendo en el sur de la Florida, mientras pasa el trapo por encima de la termina de pago de tarjetas de crédito.
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En las últimas semanas, los funcionarios de salud han recomendado a la población llevar tapabocas en los espacios públicos, especialmente en supermercados, restaurantes y farmacias. La gran afluencia de personas hace que estos lugares se acaben convirtiendo en posibles focos de contagio del coronavirus, por lo que es indispensable tomar acción al respecto.
Osvaldo Pérez, ejecutivo de Presidente Supermarkets, una cadena de supermercados regentado por una familia cubana en el sur de la Florida, confirma a la Voz de América “que el supermercado no está muy lleno porque tenemos cierta cantidad de personas que podemos tener dentro para evitar el problema del contagio”.
“Las personas están haciendo la cola afuera y van entrando según van saliendo con una cantidad prudente de personas”, afirma al tiempo que señala que uno de los pasillos, lleno de comestibles, solo hay dos personas. Hace unos días, cuando estalló la crisis sanitaria, podría haber hasta 20 personas en un mismo corredor de ese mismo supermercado.
Manteniendo las precauciones
Su objetivo, además de asegurarse el abastecimiento, es “mantener las medidas de protección contra el coronavirus”.
Una de esas medidas es la profunda y constante limpieza de los espacios comunes para evitar, en la medida de lo posible, los contagios de la COVID-19.
“Es parte del cuidado que debemos tener: la protección con las máscaras, los guantes, y limpiar las zonas por donde constantemente está pasando el cliente”, afirma Pérez al tiempo que recuerda que “también se está fumigando la tienda por la noche”.
Muchas personas en el sur de la Florida, como en otras muchas partes del país, han mostrado su preocupación por los peligros que podría conllevar el hecho de ir a comprar físicamente a un supermercado.
“He venido con la mascarilla, con los guantes… Hay que protegerse que es muy importante”, confiesa Mercedes, una clienta de la tienda, mientras coloca unos refrescos en su carrito de la compra.
Con información de La Voz de América
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