Argentina busca exportar a diversos países el test que han desarrollado científicos locales para detectar el coronavirus, del que destaca la sencillez de su funcionamiento, la rapidez en arrojar el resultado y su bajo costo.
EFE
«Hemos recibido pedidos para que estos países lo puedan validar. Nos han pedido del orden de 500 determinaciones (test). En todos los lugares se valida previamente a la compra», dijo este jueves 21 de mayo, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, Roberto Salvarezza, en el Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. Cesar Milstein (ICT Milstein) de Buenos Aires.
Este centro trabaja para tener a punto la próxima semana la primera remesa, para uso nacional, del NEOKIT-COVID-19, que, desarrollado por un grupo de cinco científicos, permite indicar en menos de dos horas, a partir de una muestra respiratoria, si una persona está o no infectada por el COVID-19.
Por el momento, el Gobierno de Alberto Fernández velará por abastecer la demanda de test en hospitales argentinos, tras lo cual planificará su plan de vender al exterior, en caso de que los países interesados validen el producto.
«Es un desarrollo el cual su característica fundamental es su simplicidad», explicó Adrián Vojnov, líder del equipo que proyectó el kit, en declaraciones a medios internacionales.
Según el experto, la diferencia fundamental entre este test -producido en Argentina con insumos nacionales e importados- y las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa -conocidas como PCR, las más habituales- es que no se necesita un equipamiento complejo ni personal altamente cualificado para maniobrarlo.
MENOS FALSOS POSITIVOS O NEGATIVOS
El NEOKIT-COVID-19 tiene un alto grado de sensibilidad y especificidad analítica, lo que reduce la posibilidad de falsos negativos o positivos.
El procedimiento es el siguiente: la muestra que se quiere analizar se coloca en un tubo con una mezcla de reactivos con colorantes que posteriormente debe cerrarse e incubarse a una temperatura de 64 grados centígrados durante alrededor de una hora.
Si pasado ese tiempo, al destaparse, la mezcla es de color lila, el resultado es negativo, pero si cambió a azul celeste, es positivo.
AUMENTAR LOS EXÁMENES
Este test permitirá aumentar la cantidad de exámenes en el país, que en los últimos días ha alcanzado récords de contagios por coronavirus (hasta ahora hay más de 9.000 contagiados y 404 fallecidos) tras casi dos meses de curva prácticamente estable.
En especial, se espera que sean de gran utilidad en los barrios más pobres, donde crece la preocupación por la rapidez con la que se está expandiendo la enfermedad.
«Yo espero que haya un mayor testeo, que se pueda llegar a mayor número de población, lo que permitirá poder detectar más rápidamente los positivos y aislarlos», subrayó Vojnov.
El ministro recalcó que además de la rapidez al obtener el resultado y la simplificación del equipamiento,el costo de producción también es inferior.
«Porque normalmente tenemos que salir a buscar (al exterior) un reactivo que está en este momento en el orden de 15-20 dólares, y esto puede fabricarse en aproximadamente en la mitad de ese costo, con lo cual para la Argentina es una ventaja operativa importante», enfatizó.
Vojnov concretó que, aunque aún se está evaluando, el costo de estos test rondará entre 8 y 10 dólares, «por debajo de la mitad de lo que sale un kit de PCR».
EXPERIENCIA EN OTROS TEST
El grupo de investigadores del ICT Milstein -integrado por profesionales del organismo público Conicet y la Fundación Pablo Cassará, trabajaba en el desarrollo de un test similar que detectaba dengue, zika y chikunguña cuando comenzó la pandemia del COVID-19, lo que los llevó a reorientar el foco hacia el coronavirus, con el apoyo del Gobierno.
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