El racismo no conoce de fronteras. Mientras en Estados Unidos la indignación por el asesinato de George Floyd recorre las calles del país norteamericano, en China también se presentan episodios de discriminación contra los africanos.
Las autoridades chinas ven en esa población una fuente «de alto riesgo» para la propagación del COVID-19. La red social Weibo funcionó en las últimas semanas como canal para amplificar los mensajes racistas, pese a la condena internacional. Denuncias y videos de los tratos inhumanos, según Infobae.
En los últimos meses las denuncias crecieron considerablemente -algunas de ellas incluso fueron documentadas con videos divulgados en las redes sociales-. Testimonios y videos que no dejan dudas del trato que están recibiendo por estos días los africanos en suelo chino, pese a las desmentidas de Beijing.
En un artículo publicado el jueves por The Washington Post, las personas que hablaron con The Fact Checker, equipo del diario norteamericano que se dedicó a verificar los videos y las historias, remarcaron que de la noche a la mañana se convirtieron en el foco de una campaña represiva y discriminatoria. ¿La razón? Infundados temores de que los africanos son una población de alto riesgo para la propagación de COVID-19.
Según The Fact Checker, “se enfrentaron a desalojos, discriminación y restricción de sus movimientos en base al color de su piel por temores de coronavirus”. La ciudad portuaria de Guangzhou fue la que más hechos de esta naturaleza registró.
El régimen chino, en una intención de desentenderse de esta problemática, comunicó el pasado 12 de abril, a través de Yang Rihua, subdirector ejecutivo del Departamento de Seguridad Pública de la provincia de Guangdong, que “todos los extranjeros” eran sometidos a los mismos procedimientos: “investigación, inspección, toma de muestras y aislamiento”. Sin embargo, The Fact Checker en su investigación no encontró estos tratos discriminatorios en extranjeros de otras nacionalidades.
Un día después de las declaraciones de Rihua, las autoridades de esa provincia indicaron que más de 4.000 africanos habían sido sometidos a test de coronavirus: 111 dieron positivos.
Roberto Castillo, profesor adjunto del Departamento de Estudios Culturales de la Universidad de Lingnan, en Hong Kong, señaló que las autoridades chinas, para justificar su accionar represivo y discriminatorio, “intentaban retratar a los africanos como relativamente rebeldes y que no seguían las órdenes o instrucciones que se les daban”, en referencia a las medidas sanitarias por el coronavirus. “Esa fue una de las narraciones que se tomó para rechazar las críticas”, apuntó.
Decenas de videos dejaron evidencias en las últimas semanas los denigrantes tratos contra la comunidad africana por parte de las autoridades chinas. Uno de los casos que más se viralizó fue el de un cartel que colocó un local de comidas rápidas en Guangzhou, con un mensaje contundente: “Se nos ha informado que a partir de ahora no se permite a los negros entrar en el restaurante. Por el bien de su salud notifique conscientemente a la policía local para el aislamiento médico, por favor entienda las molestias ocasionadas”. Como muestra un clip en las redes sociales, algunas personas incluso fueron sacadas a golpes de la popular cadena. The Washington Post informó que el local se disculpó posteriormente por lo sucedido.
Un propietario habló con ese medio bajo condición de anonimato, y reveló que recibió instrucciones de denunciar ante las autoridades “a cualquier persona negra en su edificio”, contradiciendo así lo expresado por los funcionarios -como el caso de Yang Rihua- de que “todos los extranjeros” reciben el mismo trato.
Otra práctica de persecución ha sido el desalojo, como lo sucedido a principios de abril cuando un grupo de nigerianos fue ubicado fuera de un hotel de esa ciudad china. La persona que grabó el video, relató lo ocurrido: “Estamos afuera. Nos han echado del hotel y nos han retenido para que esperemos. Recogieron todos nuestros pasaportes”.
Otra grabación muestra al cónsul de Nigeria discutiendo con la policía local, mientras varias personas con equipo de protección sostienen pasaportes, supuestamente de ciudadanos nigerianos. Tras la revisión de varios clips, The Fact Checker confirmó que el hecho ocurrió en las inmediaciones del Hotel Maohua, en Guangzhou.
Algunos otros, por su parte, sufrieron lo opuesto: fueron encerrados en sus viviendas “por orden del Gobierno” y, en ciertos casos, en condiciones insalubres.
“De repente hay un rechazo público. La gente literalmente huye de mí en la calle”, confesó a The Fact Checker un afrocanadiense que vive en Guangzhou, bajo condición de anonimato por temor a su seguridad. Comentó que el 8 de abril un grupo de oficiales se presentó en su casa: “Golpearon nuestra puerta, un fuerte golpe, a las 11 de la noche, y había tres tipos de la oficina de seguridad y la seguridad del edificio. Querían ver los pasaportes y hacer un chequeo de salud. Se nos requirió presentarnos al día siguiente en la estación de policía”. Al día siguiente se presentó en la comisaría y se le pidió que verificara sus documentos de salud y su visado. Finalmente le permitieron volver a su casa, y no lo obligaron a cumplir cuarentena.
El hombre, casado con una mujer japonesa, también sufrió discriminación en el metro. “Decidimos ir de compras en una zona adyacente a la ciudad. A mi esposa, que es japonesa, se le permitió subir al metro, pero a mí me lo impidieron. El hombre que trabaja en la Corporación del Metro llamó a personal de seguridad y dejaron muy claro que no debíamos ir a ninguna parte. Estuvimos allí durante 40 minutos mientras trataban de averiguar si yo era una amenaza o no”.
En la misma zona de Guangzhou un hombre grabó el momento en que la policía china desalojó a un grupo de comerciantes callejeros africanos. “Miren lo que nos hacen (…) Chinos viven en mi país, y no les hacemos nada”, le recriminó a los oficiales, mientras éstos le gritaban.
El funcionario local, en tanto, en todo momento se desentiende y hasta se ríe en su cara.
En otro caso contra la comunidad nigeriana, se ve el momento en que un representante del país africano discute con una autoridad china. “Los están humillando. Van a sus casas, tenemos evidencia”, le dice el hombre nigeriano.
Una de las excusas que ha esgrimido el régimen chino, es que muchas de esas personas son indocumentadas, por lo que esos procedimientos responden a su estadía “ilegal” en el país. No obstante, un hombre africano que vive “hace 20 años” en el Guangzhou documentó con su teléfono móvil el momento en que la encargada de un hotel le impide el ingreso. El motivo de la prohibición fue contundente: “Si vienes de un país africano, no puedes ingresar al edificio”.
La comunidad africana también ha denunciado que no es aceptada en los hospitales, ni siquiera a mujeres embarazadas.
Desde fines de marzo hasta principios de mayo, los contenidos racistas aumentaron exponencialmente en la red social china, según determinó The Fact Checker que trabajó con investigadores del Instituto de Tecnologías del Lenguaje de la Universidad Carnegie Mellon y el Centro de Ciencia de Derechos Humanos.
De 200.000 mensajes analizados, unos 16.000 provenían de Guangzhou y contenían alguna palabra “relacionada con África”. Los analistas encontraron que la mayoría mostraba “sentimientos negativos” hacia los africanos o los negros.
El incremento de esos mensajes racistas y discriminatorios fue progresivo y exponencial. El 31 de marzo había 23 mensajes negativos en el conjunto de datos. En apenas 24 horas, la cifra subió a 500. Para el 2 de abril, “hubo un pico en el número de mensajes en Weibo usando la palabra clave ‘basura extranjera’”. En WeChat, por ejemplo, se viralizó una caricatura china que muestra a funcionarios de seguridad arrojando a la basura a extranjeros que no cumplían con la cuarentena.
“Es bastante claro que había muchos sentimientos negativos hacia las comunidades minoritarias durante este tiempo y mucha xenofobia. Está claro que estos son temas sociales y que están jugando en los medios de comunicación social”, sostuvo Anjalie Field, quien estudia la tecnología del lenguaje en Carnegie Mellon.
Una de las tantas historias contra la comunidad africana que circuló por esos días fue la de un hombre nigeriano que fue acusado de haber asaltado a una enfermera china, mientras intentaba escapar de la cuarentena por el coronavirus. Maximus Ogbonna, líder de la comunidad nigeriana en Guangzhou, visitó al hombre en el hospital el 3 de abril. Si bien sí reconoció que no estaba cumpliendo la cuarentena, negó haber golpeado y asaltado a la trabajadora sanitaria.
De la misma forma, otras personas de la comunidad africana fueron difamadas en la red social china. Un nigeriano fue acusado de abusar de su esposa china: ese mensaje rápidamente se viralizó y compartió por decenas. Otro hombre de la misma nacional, a su vez, fue señalado de haber llevado a su apartamento a diferentes mujeres locales desde el año pasado hasta abril de este año, y que luego dio positivo de coronavirus, pero era asintomático. The Washington Post aclaró que no pudo verificar estas afirmaciones a raíz de la revisión de los videos y materiales analizados.
Ya para el 5 y 6 de abril, por su parte, los mensajes se inclinaban en reiteradas solicitudes de repatriación de los negros africanos en Guangzhou, alegando que muchos de ellos no tenían la condición de residentes.
Por esos días, un portal local difundió un video en el que se decía que “los africanos de Guangzhou podrían ser el mayor riesgo” de propagación del COVID-19. El video fue visto más de 78.000 veces. Incluso un productor de la estatal Cadena de Televisión Global de China (CGTN, por sus siglas en inglés) compartió un tuit que indicaba que una de las principales causas de la transmisión del virus en la ciudad había sido la llegada de africanos en marzo, que “no cumplieron la cuarentena”.
A raíz de estas denuncias y crecientes expresiones de repudio por las manifestaciones discriminatorias y raciales, el 15 de abril Weibo anunció que había cerrado casi 200 cuentas “por incitación a la discriminación” tras la reacción de las naciones africanas. No obstante, los investigadores de Carnegie Mellon volvieron a revisar los datos y encontraron que apenas el 2% de las cuentas fueron eliminadas.
“En términos de medios de comunicación y la imaginación africana sobre el futuro, esto va a durar un tiempo, y está haciendo mella en la reputación de China”, consideró Roberto Castillo.
Uno de los primeros en alzar la voz contra esta situación fue Human Rights Watch (HRW). La ONG pidió al régimen de Xi Jinping terminar con el trato discriminatorio que reciben los africanos en el contexto de la pandemia. Según HRW, a principios de abril de 2020, las autoridades chinas de la ciudad de Guangzhou, en la provincia de Guangdong, que tiene la comunidad africana más grande de China, iniciaron una campaña para hacer pruebas diagnósticas del coronavirus a los africanos por la fuerza.
“También les ordenaron aislarse o ponerse en cuarentena en hoteles concretos, pero los propietarios los desalojaron después, lo que obligó a muchos de ellos a dormir en la calle. De forma paralela, hoteles, tiendas y restaurantes rechazaron a los clientes africanos. “Otros grupos extranjeros generalmente no han sido sometidos a un tratamiento similar”, criticó la ONG, en sintonía con lo expuesto por The Washington Post. Ante los señalamientos de una presunta propagación del coronavirus por africanos recién llegados al país, HRW aseveró que no existe base científica que justifique esa conclusión, y aclaró: “La mayoría de los casos importados de COVID-19 a la provincia fueron ciudadanos chinos que regresaron del extranjero”.
Frente al desesperado reclamo de sus ciudadanos, varios gobiernos africanos se hicieron eco de estas denuncias al calificar los tratos recibidos de “inhumanos”, “humillantes” y “discriminatorios”. Moussa Faki Mahamat, presidente de la Comisión de la Unión Africana, convocó a Liu Yuxi, representante chino ante esa organización, para expresarle su “extrema preocupación”. Lo propio hicieron países como Kenia, Uganda, Sierra Leona, Chad y Ghana: escribieron por separado a Beijing y, en algunos casos también convocar al embajador chino en su país. Una imagen que se viralizó rápidamente en las redes sociales fue la del presidente de la Cámara de Representantes de Nigeria reunido con el embajador chino mostrándole en un teléfono móvil video de los tratos recibidos por nigerianos en China.
Pese a esta ola de denuncias y acusaciones, el régimen de Xi Jinping negó haber discriminado a los africanos en Guangzhou, aludiendo a que “rechaza el trato diferencial” y tiene “tolerancia cero con la discriminación”. Asimismo, los medios estatales chinos publicaron historias que buscaban refutar estas críticas y culpaban a los “medios occidentales” por “provocar problemas entre China y los países africanos”.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, manifestó en una rueda de prensa: “Tratamos a todos los extranjeros en China por igual, y rechazamos la discriminación. Los amigos africanos pueden contar con tener una recepción justa, cordial y amistosa en China. En respuesta a la preocupación de la parte africana por sus ciudadanos en Cantón, las autoridades provinciales han desplegado nuevas medidas, y creemos que mediante la colaboración podremos resolver esto de manera adecuada”.
Según las cifras oficiales, hay alrededor de 14.000 africanos en Guangzhou, pero los investigadores estiman que hay miles más sin documentación.
Con información de Infobae
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