Continúan las diferencias entre China y Estados Unidos. Este lunes, el ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático anunció restricciones de visado contra los norteamericanos que muestren una «conducta ofensiva» en relación a los asuntos de Hong Kong.
Durante la rueda de prensa diaria, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian anunció esta medida aunque no aportó ningún detalle adicional al respecto ni especificó si ya se han identificado a personas susceptibles de ser sancionadas.
Esta acción es la respuesta de Pekín a las restricciones similares anunciadas la semana pasada por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que avanzó sanciones en este campo a cargos del Partido Comunista de China (PCCh) considerados «responsables o cómplices de menoscabar el alto grado de autonomía de Hong Kong (…) o los derechos humanos y las libertades en Hong Kong».
China considera que Washington está «intentando obstruir» la aprobación de la ley de seguridad para Hong Kong, que podría ser promulgada en la actual sesión del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), que finaliza mañana.
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«Nunca lo conseguirán», aseguró Zhao, que calificó las últimas medidas tomadas por la Administración dirigida por Donald Trump de «erróneas» e indicó que se han presentado quejas formales ante Washington por lo que Pekín califica de «graves interferencias en los asuntos de Hong Kong», que a sus ojos son asuntos internos chinos.
Desde hace más de un año, la situación en Hong Kong se ha ido deteriorando por el impacto de las protestas prodemocráticas en la economía de la ciudad semiautónoma, donde el PIB local cayó un 2,8 % y un 3 % en los dos últimos trimestres de 2019, respectivamente, y un 8,9 % en el primero de 2020, al que este año se ha sumado la paralización motivada por la pandemia de coronavirus.
El panorama político en la excolonia británica también está lejos de resolverse, con unos gobiernos, tanto en Pekín como en Hong Kong, poco amigos del diálogo o las concesiones, y con un movimiento prodemocrático que ha ganado nuevo impulso por la reciente aprobación de una ley que penaliza injurias al himno chino.
La Declaración Chino-Británica de 1984, que articuló la retrocesión de Hong Kong de manos británicas a chinas en 1997, estableció el mantenimiento durante al menos 50 años a partir de esa fecha de una serie de libertades en este territorio inimaginables en la China continental.
No obstante, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, sus portavoces han dicho en numerosas ocasiones que los compromisos adquiridos en ese documento se cumplieron ya en su momento.
EFE
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