Nissan anticipó este martes su mayor pérdida operativa en la historia y dijo que espera que la venta de vehículos baje un 16%, en momentos en que la pandemia del coronavirus mina los esfuerzos de la compañía por reanimar el negocio.
La segunda automotriz japonesa prevé una pérdida operacional de 470.000 millones de yenes (US$4.500 millones), mucho más amplia que el consenso recopilado por Refinitiv de una merma de 262.800 millones de yenes, y sería el segundo resultado anual negativo en línea.
La firma anticipa que sus ingresos caerían en un quinto a 7.8 billones de yenes.
Años de expansión agresiva, particularmente en los mercados emergentes, han dejado a Nissan con márgenes desalentadores, una cartera envejecida y una marca dañada.
Todavía recuperándose del arresto y expulsión en 2018 del ex CEO Carlos Ghosn, la firma dio a conocer un plan de reestructuración de gran alcance en mayo que exige una reducción dramática en las líneas de producción y su gama de modelos de vehículos.
En el primer trimestre, Nissan registró una pérdida operativa de 153.900 millones de yenes, su segunda pérdida trimestral consecutiva después del resultado negativo de 94.800 millones de yenes en enero-marzo.
“Los resultados para el primer trimestre y las perspectivas para todo el año parecen desafiantes, pero están dentro de nuestras expectativas”, dijo el presidente ejecutivo Makoto Uchida en una conferencia de prensa transmitida en vivo, al tiempo que señaló que la compañía se enfrentaba a un “año difícil” por el COVID-19.
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