Escalar el Monte Everest es una de las hazañas físicas más difíciles que puede hacer una persona. Pero una nueva investigación publicada esta semana sugiere que esta proeza se ha vuelto más fácil de conseguir en los últimos años. El estudio ha descubierto que la tasa de éxito para escalar la montaña más alta de la Tierra se ha duplicado en la última década en relación con los años anteriores, mientras que la probabilidad de morir se ha mantenido más o menos igual, incluso a pesar de que más personas han intentado la acensión.
El autor principal del estudio, Raymond Huey, biólogo evolutivo y profesor emérito de la Universidad de Washington, no es ningún alpinista. Pero después de escuchar una conferencia de Reinhold Messner, un renombrado escalador que en 1978 se convirtió en uno de los primeros en escalar el Everest sin oxígeno extra, Huey se sintió obligado a ver si su experiencia podía aplicarse a la historia del montañismo en pleno Everest.
“Me preguntaba si era posible aplicar las técnicas analíticas que usamos en biología evolutiva y epidemiología para evaluar qué era seguro o qué era algo arriesgado en los picos del Himalaya”, dijo Huey.
Para su estudio, Huey trabajó con los estadísticos Cody Carroll y Jane-Ling Wang, así como con Richard Sainsbury, un escalador del Himalaya y analista informático jubilado. Sainsbury es uno de los cofundadores de The Himalayan Database, un archivo de los intentos de escalar el Monte Everest y los cientos de otras montañas del Himalaya. Gran parte de esta historia, que data desde 1905 hasta la primavera de 2020, fue recopilada por Elizabeth Hawley, una periodista que murió en 2018 a los 94 años. Aunque los registros de Hawley fueron motivo de controversia en ciertas ocasiones, en general la comunidad de montañistas sentía una gran admiración por ella, e incluso Nepal puso su nombre al pico de una montaña en 2014.
Con estos registros, Huey y su equipo analizaron el éxito y la tasa de mortalidad de los primeros intentos de escalar el Everest durante los años 2006 a 2019, y luego los compararon con un análisis anterior, que cubría desde los años 1990 a 2005.
Más de 2.200 personas, sin contar a los expertos sherpas que trabajan como guías, intentaron por primera vez llegar a la cima durante el período anterior, mientras que más de 3.600 personas hicieron lo mismo entre 2006 y 2019. Entre esos dos períodos de tiempo, hubo una clara mejoría en la probabilidad de que esas personas lleguasen a la cima (el punto de una montaña donde no hay nada inmediatamente más alto).
“La probabilidad de llegar a la cumbre y sobrevivir se ha disparado en las últimas décadas: alrededor de 2/3 de los escaladores entre 2006 y 2019 llegaron a la cumbre y sobrevivieron. Pero la probabilidad de morir se ha mantenido bastante constante, alrededor del 1% ”, dijo Huey. De 1990 a 2005, la tasa de éxito llegó a ser de aproximadamente un tercio.
Los hallazgos fueron publicados en PLOS-ONE.
Aunque la mayoría de los escaladores eran hombres, el porcentaje de escaladoras ha aumentado con el tiempo y han alcanzado a ser el 15% desde 2006 a 2019; aunque mujeres y hombres tuvieron tasas de éxito similares. El porcentaje de escaladores de mayor edad también aumentó, y más de la mitad tenían más de 40 años durante los últimos años. Dicho esto, los escaladores mayores tenían un riesgo ligeramente mayor de morir que los más jóvenes.
Aunque escalar el Everest sigue siendo un interés de nicho y un hobby peligroso, los hallazgos del estudio podrían proporcionar cierta claridad sobre cómo hacer que el viaje sea más seguro una vez que se permita nuevamente escalar (la covid-19 llevó a cancelar la temporada de 2020).
Por un lado, el estudio no encontró pruebas de que la aglomeración de escaladores que subían la montaña en una larga fila observada en los últimos años estuviera asociada a un mayor riesgo de muerte o a una menor probabilidad de éxito, como algunos expertos temían. Pero Huey señala que una avalancha o tormenta de nieve inoportuna aún podría resultar especialmente peligrosa para los escaladores, y el hacinamiento ralentiza la escalada. Al igual que con otras investigaciones, tampoco encontraron ningún vínculo entre la inexperiencia en otras montañas nepalesas y las tasas de éxito o muerte, posiblemente porque los escaladores hoy en día aprovechan más las expediciones comerciales, que generalmente son dirigidas por montañeros experimentados. Otros factores que ayudan a aumentar el éxito son tener un mejor pronóstico del tiempo y un mayor uso de cuerdas fijas a lo largo de la montaña que permiten a las personas permanecer atadas y disminuir el riesgo de caídas.
Sin embargo, para aquellos que estén dispuestos a hacer el arduo viaje, Huey recomienda que hagan primero un intento un poco más fácil para empezar.
“Si el objetivo es aumentar las posibilidades de llegar a la cima y también de llegar a casa con vida, entonces lo primero es probar en un pico algo más bajo, que servirá para ver qué tal responden física y mentalmente las personas a una gran altura”, dijo. “Además, ser relativamente joven, quizás entre 20 y 45 años, ayuda, aunque un escalador de 80 años logró llegar a la cima y sobrevivió. Y por último recuerda ir preparado por si te encuentras con aglomeraciones ahí arriba.
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