Venezuela mantiene el compromiso de pago de sus deudas con Repsol. Pese a la presión internacional, fundamentalmente del ala más radical de la Administración Trump (EEUU), el país presidido por Nicolás Maduro está entregando regularmente buques cargados de petróleo a la firma española en concepto de pago en especie.
Juan Cruz Peña | El Confidencial | Primer Informe
A pesar de la crisis social y política que vive el país latinoamericano, el compromiso es firme: Venezuela ha realizado en el mes de julio la mayor entrega de petróleo en España en más de cinco años, según ha registrado la agencia estatal Cores.
Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) envió 383.000 toneladas de crudo en el último mes de que se disponen registros, un aumento significativo respecto a la media mensual de la primera mitad de 2020, que se sitúa en algo más de 120.000 toneladas, y la cifra más abultada para un mes desde abril de 2015. Es decir, que en julio ha habido una mayor acumulación de entregas que otros meses y se ha disparado el volumen de crudo descargado en puertos de España a más del triple.
Fuentes del sector señalan que, pese a las presiones procedentes de EEUU, la operativa entre Venezuela y Repsol ha sido normal durante los dos últimos años, cuando más cuestionado ha estado el régimen de Maduro. La relación entre la empresa y el país se limita actualmente al pago en especie (con petróleo) de una deuda. Actualmente, este pago es prácticamente la única actividad petrolera que España mantiene con Venezuela. Otros países están en situación similar. En Italia, Eni hace lo mismo que Repsol.
Pese a que la entrega de petróleo cumple punto por punto con el régimen internacional de sanciones, algunos destacados miembros del Gobierno de Donald Trump han lanzado mensajes de presión para romper cualquier relación con Venezuela. La tensión se intensificó a principios de enero de 2019, cuando Juan Guaidó se erigió en presidente de Venezuela y muchos países a nivel internacional, incluida la Unión Europea y España, le reconocieron como figura legítima.
Desde ese momento, la entrega de petróleo se mantuvo aunque hubo momentos, a mediados de 2019, en que bajó el número de entregas, registrándose algunos meses en blanco. Uno de los momentos de mayor tensión mediática se produjo en febrero de este 2020. El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, indicó entonces que la Administración norteamericana esperaba que «algunas de las actividades de Repsol cambien» en el marco de las sanciones adoptadas por Washington contra la industria petrolera de Caracas, que considera un «salvavidas» para el Gobierno de Nicolás Maduro.
Los ataques no acabaron ahí. En mayo, el director para las Américas del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Mauricio Claver-Carone, contestó a preguntas de un programa de televisión que Repsol, Eni o Reliance se enfrentaban a «sanciones devastadoras» si no acababan con estas actividades, y añadió que no había excepciones como no las hubo para Chevron o Rosneft.
El director para las Américas en el @WHNSC Mauricio Claver-Carone amenaza con sanciones a la compañía @REPSOL de #Espana si continúa exportando crudo de #Venezuela y violando las sanciones a @NicolasMaduro | Entrevista a la 9pm ET en @CPoderNTN24 | @NTN24 https://t.co/CXyaotioAD pic.twitter.com/5lhLWVhbPu
— NTN24 (@NTN24) May 18, 2020
Expertos del sector circunscriben estas declaraciones públicas al contexto político de EEUU, donde la Administración de Donald Trump quiere mostrar una imagen de dureza con el régimen de Nicolás Maduro, máxime en un año en el que se celebran elecciones y está en juego un segundo mandato que le permita permanecer otros cuatro años más en la Casa Blanca. La captación del voto latino anticastrista y antichavista es de gran importancia para el magnate republicano.
Sin embargo, cuando se analiza la situación exclusivamente en términos de legalidad internacional, y teniendo en cuenta que EEUU es uno de los países con mayor seguridad jurídica del mundo, la situación se normaliza, añaden las fuentes consultadas. De ahí que el pago de la deuda de Venezuela a Repsol se haya mantenido casi ininterrumpido en los últimos dos años y ahora, cuando se atisba cierta distensión política, la acumulación de entregas aumente, al punto de concentrarse en el mes de julio los mayores volúmenes desde abril de 2015.
Además, el clima político venezolano está cambiando. El gesto de Nicolás Maduro de indultar a políticos opositores que estaban encarcelados de cara a las elecciones de diciembre ha abierto una falla entre los contrarios al chavismo. El opositor Henrique Capriles ha recibido críticas de los sectores más afines a Juan Guaidó, que se oponen a los comicios del 6 de diciembre por entender que no se dan las garantías suficientes para que el proceso sea limpio.
Por su parte, Repsol ha sufrido la inestabilidad de Venezuela en sus propias carnes. Con una presencia destacada tanto operativa como financiera (realizó diversos préstamos), la compañía llegó a tener una exposición patrimonial de 2.200 millones de euros que ha tenido que ir reduciendo a base de provisiones, hasta los 224 millones de euros que detalló en sus últimas cuentas. Es decir, que su exposición a Venezuela actualmente es mínima. De lo poco que le queda es, al menos, que PDVSA mantenga el pago de sus deudas con petróleo.
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