El vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, mantendrá la apuesta por una solución dialogada en Venezuela, a pesar de las acerbas críticas que su último intento de mediación ha cosechado entre varios grupos políticos del Parlamento Europeo, en particular, entre populares y liberales. Tras un bronco debate en el hemiciclo europeo este miércoles, Borrell subraya en una entrevista con EL PAÍS, celebrada en su despacho de la Comisión, su intención de seguir buscando, por todas las vías posibles, “un acuerdo político entre venezolanos”. El jefe de la diplomacia comunitaria reanudará la vía de contactos incluso si el régimen de Nicolás Maduro celebra las elecciones previstas para el próximo 6 de diciembre, unos comicios que, según advierte Borrell, “no serán homologados por la UE si se llevan a cabo sin participación de la oposición”.
La apuesta por el diálogo del vicepresidente de la Comisión Europea llega tras las acusaciones lanzadas contra su departamento por parte del grupo popular en el Parlamento Europeo. El ataque ha sido encabezado por la delegación española del grupo conservador, con la eurodiputada Dolors Montserrat al frente, y secundado, entre otros, por eurodiputados de Ciudadanos (del grupo liberal Renew) y de Vox (integrado en el grupo ultraconservador ECR).
Montserrat ha acusado a Borrell de haber enviado el 23 de septiembre a Caracas a funcionarios de la Comisión en una misión diplomática “semi-clandestina” destinada a “blanquear el régimen de Maduro”. La acusación ha sido repetida por otros eurodiputados, la mayoría españoles, pero también de otras nacionalidades, en particular, portuguesa e italiana.
“Lo hice y lo volveré a hacer”, se ha reafirmado Borrell durante el debate. El jefe de la diplomacia comunitaria ha recordado una y otra vez que la misión no fue en absoluto secreta, que sus miembros se reunieron de manera pública con todas las partes implicadas en el conflicto y que su tarea formaba parte de los intentos de mediación avalados por el consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE.
“Una cadena de mentiras y medias verdades no hacen una verdad, sino la confirmación de que esconde unos contactos profundamente antidemocráticos”, le ha espetado Montserrat al vicepresidente de la Comisión. “Le tomo la palabra”, ha respondido Borrell. “Una cadena de mentiras y medias verdades no hace una verdad. Aplíquese el cuento. He hecho lo que tenía que hacer. No admito lecciones sobre cómo ejercer de Alto Representante».
El objetivo de la visita, según el Servicio Europeo de Acción Exterior que dirige Borrell, fue explorar la posibilidad de un aplazamiento de las elecciones para dar tiempo a crear un marco favorable a la participación de los opositores, encabezados por el presidente interino, Juan Guaidó, reconocido por más de 60 países, y facilitar así que la UE actuase como observador internacional de los comicios.
La visita desencadenó las iras del PP y también de la Administración estadounidense de Donald Trump, contraria a cualquier salida negociada con Caracas. Pero Bruselas cree que unas elecciones con participación de la oposición podrían ser un punto de inflexión para superar el interminable conflicto político en Venezuela. Para Borrell, esa propuesta no supone un apoyo a Maduro. “¿Acaso la oposición en Bielorrusia ha blanqueado a `[Aleksandr] Lukashenko por participar en sus elecciones? Todo lo contrario, le ha puesto delante de sus propias contradicciones y ha desencadenado una reacción internacional”, señala
“No entiendo a qué viene este zapateado”, señala Borrell en su despacho. “El año pasado hubo tres misiones encabezadas por funcionarios europeos y no pasó nada”. Aquellas misiones se organizaron con Federica Mogherini como Alta Representante, puesto que cedió al español el pasado 1 de diciembre. Mogherini también pugnó durante su mandato (2014-2019) por buscar una salida dialogada a una crisis política que se ha convertido también en una de las mayores crisis humanas del planeta.
Borrell cree que el debate de este miércoles, uno de los más duros que se han vivido en el hemiciclo comunitario, “responde a una dialéctica hispano-española, que atribuye la misión diplomática a una supuesta conspiración para favorecer a los aliados del Gobierno de Pedro Sánchez y al régimen de Maduro”.
La crisis venezolana se ha convertido en un tema recurrente en el Parlamento Europeo, sobre todo, desde la irrupción de Podemos en las elecciones europeas de 2014. El Partido Popular ha llevado una y otra vez la crisis del país caribeño a unos debates que, en la mayoría de las ocasiones, se han convertido en un rifirrafe entre eurodiputados españoles de distinto signo.
“En los últimos cinco años hemos aprobado 13 resoluciones sobre Venezuela y solo en esta legislatura [iniciada en julio del año pasado] ya llevamos cinco debates sobre el tema”, ha enumerado el eurodiputado socialista Javi López. Su grupo, así como los Verdes y los de Izquierda Unitaria, apoyaron durante el debate los intentos de mediación de Borrell por considerar que forman parte ineludible de su cargo.
Borrell reconoce que su intento de retrasar las elecciones ha fracasado. El régimen de Maduro ha asegurado que el aplazamiento es incompatible con la Constitución y que la votación debe celebrarse antes de fin de año. “Si nos lo hubieran dicho antes, nos hubiéramos ahorrado la misión”, añade el Alto Representante.
Pero ni siquiera el empecinamiento de Caracas en celebrar la votación sin apoyo internacional frenará la mediación de Bruselas, según precisa Borrell. “Si las elecciones se celebran en las condiciones actuales solo contribuirán a desinstitucionalizar el régimen y a un aislamiento internacional aún mayor”, advierte el alto cargo europeo. Pero ni siquiera en ese caso Bruselas dará un portazo. “Eso no quiere decir que no vayamos a seguir intentando un acuerdo político, un acuerdo entre venezolanos”, avisa Borrell.
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