Operadores petrolíferos españoles como Repsol incrementaron las importaciones de crudo de Venezuela durante este verano a niveles de 2015, tomando la precaución de que el Gobierno de los Estados Unidos arreciara su ofensiva contra la firma ibérica por las operaciones que ejecuta con la venia del régimen de Nicolás Maduro y le ordenara a reducir su presencia en al país para evitar duras sanciones.
Por Primer Informe
Durante el mes de julio la compra de crudo venezolano creció hasta 383 toneladas equivalentes de petróleo, el nivel más alto desde abril del 2015, según datos aportados por Cores, la entidad de almacenamiento petrolero en la península española. La tendencia a la baja en la compra de petróleo venezolano se rompió y esto coincide con las amenazas del Gobierno norteamericano contra Repsol y a otras empresas petroleras europeas.
Desde el año 2019 la estatal venezolana PDVSA, comenzó a pagar sus deudas con Repsol con crudo. Las dos compañías son socias pero la que ponía la inversión era la española. “Hemos adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela, incluyendo la recepción periódica de crudo en pago de deudas, con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones”, dijo Antoni Brufau, presidente de Repsol el año pasado.
No obstante, a pesar de lo que dijo Brufau, la administración Trump comenzó una ofensiva contra Repsol y otras empresas europeas, como la italiana Eni, y llegó a exigir a la española que terminara el sistema de pago con Venezuela si no quería ser sometida a “sanciones devastadoras».
La petrolera española asegura estar cumpliendo con todas las leyes internacionales y ha restado importancia a lo advertido por Estados Unidos, pero ha limitado su actividad en el país con respecto al cobro de esta deuda, por lo menos como estaba ejecutándose. La exposición de la petrolera en el país ha pasado de 2.273 millones de euros en 2016 a menos de 300 millones en la actualidad.
A pesar de las amenazas de Trump, el pago se sigue haciendo. Estas amenazas son intermitentes y las ejercen funcionarios del Gobierno norteamericano con la intención de ganar notoriedad en una lucha política interna, según reseña el medio Ok. Fuentes del sector aseguran que se trata de gestos de política interna norteamericana, que busca cada cierto tiempo endurecer sus declaraciones hacia los considerados países enemigos de Estados Unidos: Venezuela y Cuba, principalmente.
Elliott Abrams, enviado especial del gobierno de Estados Unidos para Venezuela y Cuba, admitió en abril las peticiones que han hecho a Repsol para el cese de las actividades en Venezuela, “por ahora, entendemos que lo han hecho. Estamos agradecidos por ello y les alentamos a no cambiar de opinión”.
En los últimos doce meses el incremento de las importaciones de petróleo de Venezuela se sitúa en el 40%, básicamente por los pagos a Repsol. Sin embargo, en lo que va de año, coincidiendo con la nueva oleada de amenazas de la Administración Trump a Repsol, el acumulado se ha reducido en un 0,6% respecto al año 2019.
Un porcentaje plano debido al importante incremento de julio. Porque la importación de crudo de Venezuela se había reducido en un 60% desde las amenazas del Gobierno norteamericano de febrero, abril y mayo. En 2019 las importaciones de crudo de Venezuela se dispararon en un 265% respecto a 2018, según Cores.
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