Las autoridades migratorias bolivianas resolvieron reforzar los controles sanitarios en las fronteras con Argentina, para evitar la propagación de contagios de la COVID-19 en zonas como la región sureña de Tarija, que ha presentado los índices diarios más altos de casos en las últimas semanas.
EFE
El director general de Migración de Bolivia, Marcel Rivas, informó este viernes a los medios sobre una serie de medidas «de contención y bioseguridad», que se aplicarán «de manera inmediata» en puestos de control en las ciudades tarijeñas de Yacuiba y Bermejo, y Villazón en la región andina de Potosí, todas fronterizas con Argentina.
Las medidas incluyen la exigencia de que los bolivianos o residentes en el país que quieran ingresar desde Argentina presenten el resultado negativo de una prueba PCR con una antigüedad no mayor a siete días, emitido por un laboratorio reconocido por una comisión interministerial del Gobierno transitorio, indicó.
«Adicionalmente, vamos a esperar a que las brigadas de control y protección medica dependientes del Ministerio de Salud se hagan presentes en las fronteras con Argentina para hacer un control eficiente y una contención necesaria contra el coronavirus», agregó.
Según Rivas, este reforzamiento de los controles sanitarios responde a una recomendación del Ministerio de Salud boliviano «por toda la amenaza que constituye el incremento de los contagios» en la frontera con Argentina, algo que el funcionario atribuyó a una «ineficiente administración» sanitaria en el país vecino.
La ministra interina de Salud de Bolivia, Eidy Roca, informó hace unos días de que se recomendó a la Cancillería y la Dirección de Migración realizar controles más estrictos en la frontera con Argentina para frenar los contagios de COVID-19 en Tarija.
«Si no tomamos medidas extremas en este momento en la frontera con Argentina, se nos puede venir una escalada de casos que nos echa a perder toda la fase de descenso», afirmó Roca, según una nota de su despacho.
Tarija reportó en las últimas semanas los índices diarios más altos de contagios del nuevo coronavirus, con un acumulado de 337 decesos y 15.208 casos confirmados.
Roca expresó su preocupación por la curva ascendente de casos en esa región boliviana y por la «cantidad enorme» de contagios en el norte argentino.
Bolivia estuvo en cuarentena desde fines de marzo a agosto, mientras que desde septiembre está en una fase de «postconfinamiento» con menos restricciones y con una curva de la enfermedad en tendencia al descenso.
El país, que tiene alrededor de once millones y medio de habitantes, acumula desde marzo 8.228 fallecidos y 137.969 casos positivos de COVID-19, de ellos 99.812 ya recuperados, de acuerdo a datos oficiales.
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