Los senadores demócratas, entre ellos la candidata a la vicepresidencia Kamala Harris, describieron el lunes a la nominada a la Corte Suprema del presidente Donald Trump, Amy Coney Barrett, como una amenaza a la ley de atención médica de Obamacare durante una pandemia mortal y se opusieron a la campaña republicana para ratificarla antes de las elecciones en Estados Unidos.
Reuters
En el primero de cuatro días de audiencias de confirmación en una comisión del Senado, los demócratas mostraron su fuerte oposición a la candidata de Trump, pese a que tienen pocas esperanzas de evitar su nombramiento en un Senado controlado por los republicanos.
La confirmación de Barrett para reemplazar a la difunta jueza liberal Ruth Bader Ginsburg crearía una mayoría conservadora de 6-3 en la corte que podría llevar a fallos que revoquen los derechos al aborto, amplíen los derechos sobre religión y armas y ratifiquen las restricciones al voto respaldadas por los republicanos, entre otros asuntos.
Pero el centro de atención fue el destino de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) de 2010, un logro de la política nacional del expresidente demócrata Barack Obama que ha permitido a millones de estadounidenses obtener cobertura médica, lo que fue el centro de atención de Harris y sus compañeros demócratas.
Barrett ha criticado un fallo de la Corte Suprema de 2012, escrito por el conservador John Roberts, que apoyó el Obamacare. Harris, la compañera de fórmula del exvicepresidente Joe Biden en las elecciones, consideró “ilegítimo” un proceso de confirmación tan cercano a la elección.
“Creo que esta audiencia es un claro intento de colocar a un candidato a la Corte Suprema que le quitará la atención médica a millones de personas durante una pandemia mortal que ya ha matado a más de 214.000 estadounidenses”, dijo Harris, por video.
“Una clara mayoría de los estadounidenses quiere que quien gane las elecciones llene esta vacante y mis colegas republicanos lo saben. Sin embargo, están desafiando deliberadamente la voluntad del pueblo en su intento de hacer retroceder los derechos y protecciones proporcionados por la Ley de Atención Asequible”, dijo Harris.
La audiencia es un paso clave antes de la votación del pleno del Senado, prevista para fines de octubre, sobre si la jueza de 48 años recibirá un puesto vitalicio en el máximo tribunal del país.
Los republicanos tienen una mayoría de 53-47 en el Senado, por lo que la confirmación de Barrett parece casi segura.
Barrett, una jueza conservadora de la corte de apelaciones, se sentó en una mesa frente a los senadores con una mascarilla negra. Su marido y sus siete hijos se sentaron detrás de ella, también con la cara cubierta. La magistrada se sacó la mascarilla para leer un texto que había preparado,
“Creo que los estadounidenses de todos los orígenes merecen una Corte Suprema independiente que interprete nuestra Constitución y nuestras leyes tal y como están escritas”, dijo.
Barrett podría entrar en la Corte Suprema a tiempo para participar en un caso que se discutirá el 10 de noviembre en el que Trump y los estados dirigidos por los republicanos están tratando de anular el Obamacare.
La audiencia comenzó con los senadores haciendo declaraciones de apertura. Barrett hará su propio discurso de apertura el lunes y será interrogada por los senadores el martes y el miércoles.
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