El Gobierno italiano baraja nuevas medidas para contener el avance de la pandemia, que hoy dejó casi 11.000 nuevos contagios, el mayor aumento registrado en la crisis, aunque descarta un confinamiento general como el de la primavera pasada.
Gonzalo Sánchez / EFE
En las últimas veinticuatro horas Italia ha notificado 10.925 nuevas infecciones de coronavirus y 47 personas han fallecido, según el último parte publicado hoy por el Ministerio de Sanidad.
Los nuevos contagios son unos mil más que el viernes aunque también se han hecho más pruebas diagnósticas, un récord de 165.837, confirmando que cuanto más se busca al virus, más se le encuentra.
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Este aumento no se detectó en la primera oleada, que alcanzó sus peores momentos en marzo y abril, si bien entonces se hacían muchas menos pruebas y, como consecuencia, se hallaban menos positivos.
En total en Italia ya se han contagiado 402.536 personas desde el comienzo de la crisis, el 21 de febrero, con los primeros casos positivos autóctonos, y de estas 36.474 han perdido la vida.
Por otro lado sigue aumentando el número de hospitalizados: en estos momentos se registran 7.322 pacientes con la COVID-19, 506 más que ayer, y de estos 705 necesitan cuidados intensivos, 67 más.
La gran mayoría de los 116.935 contagiados se encuentran aislados en sus casas con síntomas leves o sin ellos.
A LA ESPERA DE UN NUEVO DECRETO
Ahora, ante estos datos, se prevé que el Gobierno se reúna en la noche de este sábado para preparar un nuevo decreto con medidas urgentes con las que contener la pandemia, aprovechando que deben revisar los Presupuestos Generales, según avanzan los medios.
Se trataría de un refuerzo de las medidas adoptadas a comienzos de la semana, cuando se obligó al cierre de restaurantes, bares y otros establecimientos a medianoche y se prohibieron las fiestas privadas y el deporte de contacto aficionado para frenar al virus.
El nuevo texto debería publicarse antes del lunes y el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, ha dejado caer algunas ideas de lo que vendrá, como seguir fomentando el trabajo telemático para no saturar los medios de transporte público, una de las grandes preocupaciones.
El primer ministro Giuseppe Conte ofrecerá previsiblemente mañana domingo una rueda de prensa para explicar estas nuevas medidas, según fuentes del Ejecutivo, y por el momento se ha pedido a los medios que no confundan a la ciudadanía con especulaciones.
Los periódicos vienen anticipando en las últimas horas mayores limitaciones a establecimientos y gimnasios, por ejemplo, o eventuales toques de queda a la francesa, este último uno de los temas más comentados -y temidos- en las calles italianas.
ITALIA DESCARTA UN NUEVO CONFINAMIENTO
Por otro lado el primer ministro italiano ha perseverado en la idea de que no habrá un nuevo confinamiento como el del pasado mes de marzo ya que se han dotado de medios con los que combatirlo.
«La primera oleada nos pilló obviamente desprovistos porque ni siquiera conocíamos las características del enemigo», refirió en un acto en Génova (norte), subrayando que por aquel entonces Italia no tenía mascarillas, respiradores ni pruebas diagnósticas.
En la actualidad las cosas han cambiado, el país se ha dotado de más plazas de cuidados intensivos, hace una media de 150.000 test diarios y produce y consigue dispositivos de seguridad.
Esto permite, explicó, «afrontar esta oleada con una estrategia diferente, nueva, que no prevé más el confinamiento» pero solicitó la colaboración de la ciudadanía: «Hay que autoprotegerse», instó.
En la misma línea el comisario de la emergencia, Domenico Arcuri, aseguró que por el momento el país «no está en una fase dramática» pero pidió la colaboración de los italianos, al término de una reunión con las regiones en la sede romana de la Protección Civil.
«Estamos ante una segunda oleada con características muy diversas a la primera. Por lo tanto nada de alarmismo pero es necesario que todos nos ayuden porque cuanto más responsables sean los italianos, menos tendremos que tomar medidas drásticas», avisó el comisario.
LAS REGIONES MÁS GOLPEADAS TOMAN MEDIDAS
Las autoridades siguen con atención la evolución de la pandemia en dos regiones especialmente: Lombardía (norte), epicentro desde el principio de la crisis y que en el último día acumula 2.664 de los nuevos contagios, y Campania (sur), con 1.410 nuevos enfermos.
En la primera preocupa sobre todo su capital, Milán, y ya se ha aprobado una nueva ordenanza que prohíbe a restaurantes y pizzerías abrir hasta más tarde de la medianoche, comer o beber en la calle en las horas nocturnas, cierra bingos y salas de juego y prohíbe las partidas de deporte no profesional, entre otras cosas.
En la segunda, con capital en Nápoles, se han cerrado todos los colegios hasta el 30 de octubre por el rápido aumento de los contagios, una decisión criticada desde el Gobierno central, aunque se ha permite la apertura de las guarderías.
Y también se ha impuesto un toque de queda durante la noche del 31 de octubre para impedir la celebración de Halloween.
CRÍTICAS Y PREOCUPACIÓN DESDE LA PATRONAL
Este sábado surgieron críticas desde la poderosa patronal Confindustria y su presidente Carlo Bonomi, aunque exoneró al Gobierno de la gestión de la primera oleada de la crisis, le culpó de no estar preparado para este nuevo escenario.
«Lamentablemente aún estamos en una emergencia, aún no hemos salido (…) Sospechábamos una nueva oleada pero ¿qué se ha hecho? Dos tercios de los recursos económicos movilizados aún se han utilizado. Quizá algo no ha funcionado», lamentó desde un foro con jóvenes empresarios.
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