Con su diplomacia de deuda, Beijing le ha prestado a Jamaica unos 2.100 millones de dólares para la construcción de carreteras, puentes, un centro de convenciones y viviendas, en los últimos quince años.
Además, inversiones directas de empresas chinas en Jamaica han llevado más de $ 3 mil millones a proyectos como la minería de bauxita y la producción de azúcar.
El flujo de dinero, muy codiciado en los países receptores, es la apuesta fuerte de China para cimentar su influencia política en el Caribe. Un plan que comenzó con los generosos préstamos a cambio de petróleo que le hizo Beijing al régimen chavista en Venezuela.
Subvenciones y préstamos gubernamentales, inversiones de empresas chinas y esfuerzos diplomáticos, culturales y de seguridad, todo forma parte del abanico de acciones agresvias de la política expansionista de China, que entre otras cosas busca también eliminar cualquier reconocimiento internacional a Taiwán.
En noviembre pasado, el gobierno de Jamaica anunció que dejaría de negociar nuevos préstamos de China como parte de su esfuerzo por reducir la deuda rápidamente. Pero, la cooperación con China continúa.
Beijing también ha ampliado su influencia en el Caribe a través de la cooperación en materia de seguridad, incluida la donación de equipos a las fuerzas militares y policiales, y programas de divulgación cultural, como la expansión de su red de Institutos Confucio.
Estos institutos brindan instrucción en idiomas y programación cultural pero constituyen una fachada de infiltración del Partido Comunista Chino (PCCh) para extender su influencia en áreas estratégicas como las universidades.
La pandemia permitió a China fortalecer aún más estas relaciones mediante la donación o venta de equipo de protección personal. El canciller chino, Wang Yi, se comprometió en julio a que China otorgaría mil millones de dólares en préstamos para vacunas a países de América Latina y el Caribe.
La administración Trump inició una activo despliegue diplomático y de cooperación económica para evitar que los intereses chinos controlen a los gobiernos caribeños.
Aunque, los funcionarios jamaicanos dicen que los préstamos chinos pendientes no suponen una carga extraordinaria para el país, EEUU ha advertido que la creciente amenaza de China ten todo el hemisferio Occidental.
El secretario de Estado Mike Pompeo, se reunió con el primer ministro Andrew Holness de Jamaica durante una visita a Kingston en enero y dijo: «¿Pero de qué sirve si alimenta la corrupción y socava el estado de derecho? […] ¿De qué sirven esas inversiones si de hecho arruinan su medio ambiente y no crean empleos para su gente?»
Pompeo debe tomar como referencia el caso de Venezuela, en donde el secretismo era una condición de Beijing para otorgar financiamientos.
Un informe de Transparencia Internacional determino que los más de 470 acuerdos de cooperación entre China y el régimen chavista se ejecutaron en la más estricta opacidad. Ni las Asamblea Nacional ni el público general pudieron ejercer contraloría sobre los mismos.
Eso facilitó que Hugo Chávez, y luego Maduro, manejaran los recursos con total discrecionalidad. Venezuela hoy mantiene una voluminosa deuda con China y es prácticamente imposible determinar cómo fue empleado el dinero.
Washington ha comenzado a promover fuerza sus propios programas de desarrollo. Estos incluyen «Crecimiento en las Américas», una iniciativa de inversión iniciada el año pasado que muchos analistas vieron como una respuesta directa a los esfuerzos diplomáticos y comerciales de China en el Caribe y América Latina.
Y en octubre, una delegación de la administración Trump visitó Surinam, Guyana, Jamaica, Haití y República Dominicana para promocionar la inversión del sector privado estadounidense.
Con información de The New York Times.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.