Casi en la quiebra se encuentran taxistas y mototaxistas del estado Táchira ante la merma del poder adquisitivo del tachirense. Y es que no todos tienen para pagar el costo de una carrera bien sea en carro o en una motocicleta.
Fabiola Barrera | La Prensa Táchira
Para Cristóbal Carvajal, presidente del sindicato de taxistas del estado Táchira, la situación de la venta de gasolina a precio subsidiado y a precio internacional es normal, dentro de lo que cabe, en otras regiones del país, comparando las realidades con las de la entidad andina.
«De Barinas hacia allá la gasolina subsidiada para el transporte público, en todos los estados, la hay, pero en el estado Táchira, por ser un estado fronterizo, nos la han quitado».
Indica que los ingresos no son iguales para un padre de familia y en muchos casos, se vive es del ingreso diario que hay producto de la prestación de ese servicio.
Aprovechó la oportunidad para denunciar que funcionarios del INTT, así como de diferentes cuerpos de seguridad, durante la semana de radicalización de la cuarentena, detienen a los trabajadores del volante, le levantan un acta y lo amenazan con quitarle el vehículo. «Mientras que todos los funcionarios, empleados de alcaldía, gobernación y militares cobran sus salarios, el transportista vive de lo que hace a diario y eso no lo ven ni lo toman en cuenta».
Destaca que 40 litros de gasolina, a precio internacional, supera los 70 mil pesos, lo que equivale a más de 20 millones de bolívares, al precio del cambio de esta semana, por lo que se han visto en la necesidad de incrementar las tarifas. «La carrera más barata sale en diez mil pesos».
Advierte que, pese a que las carreras se cobran en pesos, el costo de las mismas aumentó en un 50%. «Antes una carrera mínima se cobrara en 6 o 7 mil pesos, pero ahora ha subido en un 50%, pero es que no se puede más porque la gente no tiene cómo comer».
Dijo el jefe del gremio de taxistas que no todos los ciudadanos están en condiciones de pagar carreras a ese precio, aún más cuando los salarios no son suficientes para satisfacer las más mínimas necesidades. Espera que los entes competentes en materia de combustible tomen cartas en el asunto, sobre todo, cuando se inicia diciembre «y la gente necesita buscar el dinero para comerse su hallaca».
Reuniones
Destaca la receptividad de la coordinadora de la Mesa del Combustible, la diputada Nellyver Lugo, por lo que se mantienen a la espera de las respuestas a las solicitudes de operativos con combustible a precio subsidiado.
Mototaxistas sin trabajo
La falta de recursos económicos para sobrevivir es un problema del que no escapan los mototaxistas. Estos si bien ofrecen sus servicios a menor costo que un carro, se las ven negras a la hora de lograr un pasajero.
Para ellos no hay carreras mínimas, solo trayectos por los cuales sus clientes ofrecen un monto en pesos, que ellos, por lo general, no están en condiciones de rechazar.
«Si alguien me dice que desde el terminal de pasajeros lo lleve al viaducto por mil o mil quinientos pesos, lo llevo, no es lejos y es mejor que estar aquí sin hacer nada. No todo el mundo tiene para pagar una carrera», dijo Juan Carlos Pernía.
Agrega que lo primero que se busca hacer es el dinero para la gasolina, cuyo costo en el mercado negro es de 3500 y 4 mil pesos por litro. «Yo para mi moto, debo tener cuarenta mil pesos para llenarle el tanque que es de diez litros. Ese dinero no lo hago ni en el mejor de los días».
Por su parte, Alexis Gómez, asegura que la semana «regular» es la de radicalización, gracias a la ausencia de transporte público. Sin embargo, no todo es color de rosa, pues deben madrugar para hacerse de los mejores clientes.
«Uno debe madrugar y estar a más tardar a las seis de la mañana en la parada del terminal. Ahí la gente llega y lo busca a uno para que lo lleve al trabajo o a hacer alguna diligencia. Ya a media mañana bajan las carreras y después de mediodía son pocas las personas que buscan un mototaxi. La gasolina es lo que más plata nos quita porque no se puede trabajar sin ella, así que a juro hay que comprar al menos dos litros diarios», dijo.
Sacando cuentas, Andrés Calderón dijo que debía hacer, al menos dos carreras, solo para garantizar la gasolina del día. La carrera mínima, es decir, del terminal al centro, puede costar cinco mil pesos, como mínimo. «Eso es lo que le cuesta a uno un litro de gasolina, o sea que las dos primeras carreras del día son para el combustible y no es el tanque full, son dos litros, que con eso uno medio trabaja en el día».
Jhonathan Useche, aseguró que no solo para ellos está difícil la situación, sino para todos, pues el cambio ya no es tan favorable para quienes compran pesos para pagar los servicios. «Antes una carrera costaba 5 mil pesos y al cambio eran un millón de bolívares. Ahora esos mismos cinco mil, son más de un millón. No todo el mundo tiene ese dinero y quien lo tiene, creo que prefiere gastarlo en una harina o algo para comer que en una carrera».
Esperan que inicie el despacho de gasolina a precio subsidiado, pues de ser así, pueden bajar el costo de las carreras.
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