«Un ídolo con pies de barro». Esa fue una de las tantas frases que intentaron definir a Diego Armando Maradona, quien falleció a los 60 años este miércoles en Argentina, y su compleja personalidad de luces y sombras.
Por BBC
Pero varias veces también metió los pies en el barro para ser un ídolo.
Una de ellas ocurrió en 1985, en Acerra, una localidad cercana a Nápoles. Maradona apenas ascendía a su trono de máximo ídolo del Napoli y se untó de lodo para llegar a los más profundo del corazón de la gente: jugó un partido benéfico en una cancha imposible contra un equipo muy modesto, el Acerrano.
Todo para salvar la vida de un niño que necesitaba una operación urgente.
Y ese partido aconteció en contra del deseo del presidente del Napoli, Corrado Ferlaino, quien acababa de pagar una millonada por su traspaso desde el Barcelona y quería que su máxima estrella no terminara con una pierna rota por jugar en el barro.
«No me extraña la actitud generosa de Diego en Acerra. Fue un encuentro entre pobres, entre despreciados, entre gente de piel morena», le dice a BBC Mundo la periodista argentina Alicia Dujovne, quien escribió el libro «Maradona soy yo» en 1993.
«Él se identificó de inmediato con eso. Se sintió que era uno de ellos. El partido de Acerra muestra mucho de lo que era Diego como persona», agrega.
EL DÍA EN QUE MARADONA JUGÓ UN AMISTOSO A BENEFICIO PARA PAGAR LA OPERACIÓN DE UN CHICO PESE A QUE EL NAPOLI LE DIJO QUE NO
Fiel a su estilo, Diego recién llegaba al club y no dudó. El partido se jugó en jugó en el Stadio Comunale di Acerra ubicada en la localidad de Acerra. pic.twitter.com/4fFydcxfcQ— Radio Mitre (@radiomitre) November 26, 2020
Pero ¿qué fue lo que llevó a Maradona a arriesgarse a jugar en un campo no adecuado para un futbolista profesional contra un equipo de segunda división?
Un relato de invierno
Es invierno del 85. Pietro Puzone, un mediocampista Napoli y compañero de Maradona, conoce la historia de un hombre que vive en la localidad de Acerra (a unos 25 kilómetros de Nápoles y de donde era oriundo Punzone), y cuyo hijo está gravemente enfermo.
Necesita una operación urgente que solo se puede hacer en Francia.
El periodista italiano Carlo Liguori le contó a BBC Mundo que en ese momento Puzone les pide a las directivas que si se puede organizar un partido benéfico, con el Pelusa incluido, para ayudar a este padre y a su hijo.
Ferlaino se niega y lo hace basado en un argumento: acaba de pagar US$8 millones y si Maradona llegaba a tener una lesión grave en un partido amistoso de esa índole, la aseguradora se negaría a pagar el dinero invertido.
«Maradona le dice a Puzone ‘Que se jodan los Lloyds de Londres. Este juego debe jugarse para ese niño'», señala Ligouri.
El lunes 25 de enero de 1985, después de haber vencido a la Lazio el día anterior, el equipo titular con Maradona al frente y desobedeciendo el mandato de las directivas, hace presencia en el pequeño estadio Nuevo Comunale de Acerra.
El invierno ha sido implacable y la cancha es un lodazal.
Aunque eso sí, las líneas estaban perfectamente marcadas de blanco. Las tribunas estaban repletas.
«En uno de los goles de Maradona había gente que hasta veía el partido al borde del campo de juego y detrás del arco e invadieron la cancha para festejar el tanto», cuenta Liguori.
Como si fuera contra la Juventus
El rival era el modesto Acerrana. Las imágenes de los videos muestran a Diego Maradona calentando de la misma manera que lo hacía en la previa de los juegos en el San Genaro, la casa del Napoli.
El partido comenzó. Maradona gritó. Maradona indicó. Maradona capitaneó.
Liguori señala que una de las anotaciones del astro argentino en ese partido fue un anticipo del que iba a ejecutar un año y medio después en el Azteca de México.
«En la segunda mitad, aquí está lo que en la tradición napolitana se considera el ensayo general del famoso gol del siglo anotado para Inglaterra en el Mundial de 1986: roba el balón a un oponente, descarta a toda la defensa, luego al portero, e introduce el balón en la red», relata el periodista.
Al final el Napoli gana 4-0, pero el dinero recaudado en las tribunas no alcanza para la operación. Maradona pone el resto.
Para Dujovne ese fue un momento feliz para el Pelusa.
«Fue un momento en que volvió a sus orígenes, totalmente cubierto de barro, se le notaba la felicidad», anota.
«Se puede ver cómo hacía piruetas, corría, gritaba. Era como hubiera vuelto a los potreros de Villa Fiorito por un día», añade.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.