El Partido Comunista Portugués reeligió hoy como secretario general a su histórico líder, Jerónimo de Sousa, en un congreso de tres días que concluye este domingo y que ha estado envuelto en polémica por reunir a más de 600 personas en medio de las fuertes restricciones que vive el país por el COVID-19.
EFE
De Sousa, de 73 años y al frente del partido desde 2004, fue elegido por quinta vez para liderar a los comunistas lusos, que en esta cita de tres días, que arrancó el pasado viernes, han renovado su comité central, compuesto por 129 personas.
La cita ha contado con 611 delegados presentes en un pabellón en Loures, al norte de Lisboa, sede de un congreso marcado por la polémica por realizarse en medio de la segunda ola de covid, que está batiendo récords en Portugal.
Con un total de 4.363 personas fallecidas por coronavirus y 290.706 casos confirmados desde marzo, Portugal está actualmente en estado de emergencia, el nivel de alerta más alto, al menos hasta el 8 de diciembre.
Además, gran parte del país está bajo toque de queda entre las 23:00 y las 5:00 horas del día siguiente, que durante los fines de semana y festivos es todavía más restrictivo (de 13:00 a 5:00 horas) en los municipios con una incidencia superior a los 480 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
Por ello, diversas voces en el país, desde analistas a partidos conservadores, han afeado a los comunistas no renunciar a celebrar un congreso presencial, a pesar de que la cita ha reducido a la mitad el número de delegados que podrían asistir y ha tomado otras medidas.
Por ejemplo, marcaron circuitos de entrada y salida al recinto y establecieron distancia entre las sillas de los delegados, algo que no ha aplacado la contrariedad del partido al frente de la oposición, el PSD (centro-derecha).
«Me parece absolutamente lamentable esta actitud prepotente del Partido Comunista», ha dicho el líder del PSD, Rui Rio, quien ha recordado que otras formaciones han optado por al vía telemática para hacer sus congresos o los han aplazado debido al contexto covid.
La polémica con el congreso del Partido Comunista recuerda al otro revuelo protagonizado por la formación a principios de septiembre, cuando celebró su fiesta anual, el «Avante!», con un aforo reducido por el virus pero que permitiría la entrada diaria de 16.500 personas al recinto en el que se realizó.
El PCP, que ejerció la resistencia durante el salazarismo, mantiene poder en estructuras sindicales y relevancia política, pese a que su peso ha ido decreciendo y actualmente reúne alrededor del 6 % del voto.
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