Trabajar, estudiar o simplemente salir de casa es un reto colosal para las personas con discapacidad en Venezuela, donde la defensa de sus derechos y la adecuación de las instalaciones públicas y privadas quedaron como letra muerta en una ley que nunca llegó a aplicarse.
Pero eso no ha logrado amilanar a personas como Manuel Mendoza, un graduado en administración del área de informática que encontró en la práctica del tenis, entre otras disciplinas deportivas en silla de ruedas, la fortaleza y motivación para mantenerse saludable física y mentalmente.
Mendoza ha inspirado a muchos a ponerse en movimiento y ha animado a otros a que empiecen a recorrer el duro camino de recuperarse de una función pérdida o disminuida por un traumatismo o enfermedad.
“Toda la vida siempre he sido deportista, esa es una de las cosas que me han ayudado a sobrellevar el impedimento, se puede decir, porque desde pequeño siempre he hecho actividad física», dijo a The Associated Press Mendoza, de 58 años, quien a los ocho sufrió un accidente que le provocó una lesión medular.
“Tengo 50 años con la discapacidad… Digo discapacidad porque la gente se empeña con poner algún adjetivo”, agregó. Una de las luchas de Mendoza es que la sociedad adopte una actitud diferente y que se quite de la cabeza la idea de que los discapacitados no pueden ejercer un oficio.
Mendoza atribuyó la reticencia de algunos empleadores a la falta de información. Quizás se preguntan “cómo va a venir para acá todos los días… cómo va a cumplir si le damos el puesto», manifestó resaltando que muchos empleadores temen que el discapacitado se reporte enfermo muy frecuentemente o no cumpla con sus tareas.
“Tampoco estamos pidiendo tanto”, dijo Mendoza. Sólo que ”se cumpla la ley” porque apenas cruzan el umbral de su casa “comienza la guerra”, agregó.
Las personas que se movilizan en sillas de ruedas se enfrentan a diario con un entorno hostil: en lugar de deslizarse por rampas deben bajar o subir las calzadas haciendo equilibrio en uno o varios peldaños. En algunas ocasiones piden aventones a los motociclistas quienes amablemente les permiten agarrarse de la parte trasera de su vehículo para acortar el tiempo de traslado de un lado a otro de la ciudad, sobre todo cuando deben cubrir grandes distancias.
Tener un automóvil adaptado o pagar un taxi es un lujo en un país donde el salario es equivalente a un dólar mensual. Los autobuses no están adaptados para permitir el ascenso de sillas de ruedas y los trenes subterráneos apenas cuentan con un puñado ascensores, pero casi todos suelen estar fuera de servicio por falta de mantenimiento.
El fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013) impulsó los derechos de las personas con discapacidad y su promoción, que fue bien recibida por la Sociedad Venezolana de Medicina Física y Rehabilitación, se plasmó en la Ley para Personas con Discapacidad promulgada en enero de 2007. Sin embargo, su aplicación sigue en suspenso.
Entre los artículos de la norma que no se cumplen está el que obliga a las empresas públicas o privadas a incorporar en su nómina total de trabajadores no menos de 5% de personas con discapacidad permanente.
También contribuyó al fracaso de la ley el despilfarro que caracterizó al gobierno de Chávez y al de su sucesor Nicolás Maduro, quien también ha sido ineficiente en el manejo de los fondos públicos y tuvo que administrar muchos menos recursos que su predecesor debido a la reducción de las exportaciones de petróleo -que equivalen al 96% de los ingresos que recibe el país del exterior-. Venezuela ha experimentado una caída de 70% en los ingresos petroleros desde el mandato de Chávez.
Basta una simple mirada para notar los obstáculos que abundan en los espacios públicos. En los centros poblados las aceras está en ruinas, por lo que la mayoría de los venezolanos se exponen a sufrir lesiones por caídas. En tanto, la mayoría de las instalaciones comerciales no tiene sus accesos preparados para personas con movilidad reducida.
Donde sí se ha evidenciado un avance es en el deporte, que le ha dado suma importancia a los procesos de rehabilitación.
“Los beneficios del deporte para las personas discapacitadas son muchísimos: ayuda a organizar mejor su mente, mejora la respuesta de los sistemas fisiológicos del cuerpo, entre ellos el control de sistemas importantes como es el intestinal, el cardíaco, el sistema renal” y previene patologías psicológicas como «la depresión, ansiedad, psicosis, consumo de drogas”, dijo a AP el fisioterapeuta Williams Mederos.
Mederos agregó que “la respuesta desde el punto de vista emocional es extraordinaria. Alcanzar metas es muy importante para el ser humano”.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.