La Unión Europea y el Reino Unido acordaron este domingo continuar las negociaciones en Bruselas para tratar de llegar a un acuerdo sobre la relación comercial posbrexit, a pesar de la proximidad del plazo límite del 31 de diciembre.
En una declaración conjunta, el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, consideraron “responsable” insistir hasta el límite en las negociaciones, pese a que persisten los desacuerdos, y por ello dieron instrucciones a sus equipos de que “prosigan el diálogo”.
Von Der Leyen dijo que discutieron los asuntos que todavía quedan por resolver y explicó: “Pese al agotamiento tras casi un año de negociación, pese a los plazos límites vencidos una y otra vez, los dos creemos que es lo responsable es hacer un esfuerzo adicional. Las negociaciones continuarán aquí en Bruselas”.
Los negociadores de la UE, Michel Barnier, y de Reino Unido, David Frost, ya estaban reunidos desde poco después del amanecer en un intento de buscar terreno común. Pero por ahora, Londres no ha cedido en su insistencia de comerciar con el bloque de 27 países con tan pocas restricciones como sea posible, y la UE no cede en su exigencia de aceptar el comercio sólo si Reino Unido respeta las normas del bloque.
Si 2021 arranca sin ese acuerdo, la relación comercial entre la UE y el Reino Unido se regirá por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Tanto Von der Leyen como Johnson han dejado claro en sus declaraciones de esta semana que ven difícil poder alcanzar un acuerdo en este 2020. Este domingo, el premier británico insistió: “Tengo que reiterar que lo más probable ahora es, por supuesto, que debamos prepararnos para (cortar lazos definitivamente con la UE a final de mes en) los términos de la Organización Mundial del Comercio”,.
La presidenta de la CE manifestó que existen diferencias “undamentales entre Londres y Bruselas sobre los tres temas clave de las negociaciones: la pesca, la competencia justa entre empresas europeas y británicas y el mecanismo para solventar las disputas sobre el hipotético pacto. De hecho, la CE presentó el jueves medidas de contingencia para el sector pesquero, las conexiones y la seguridad aérea y el tráfico rodado.
Londres ha admitido que es probable que una salida caótica produzca atascos en los puertos británicos, desabastecimiento temporal de algunos productos y subidas de precios en alimentos básicos. Se aplicarán aranceles a muchos productos británicos, incluido uno del 10% sobre los autos y otro de más del 40% al cordero. Aun así, Johnson dijo que el país “prosperará enormemente” en esos términos.
La UE teme que Reino Unido recorte los estándares sociales y medioambientales e inyecte dinero del estado a la industria británica, convirtiéndose un rival con poca regulación económica en el umbral de la UE, de modo que exige estrictas garantías de competencia a cambio del acceso a sus mercados.
Por su parte, el gobierno británico afirma que la UE intenta atarles a las normas y regulaciones comunitarias de forma indefinida, en lugar de tratarles como a un país independiente. La beligerante prensa de tabloide británica instó a Johnson a mantenerse firme y planteó la posibilidad de que barcos de la Marine patrullen las aguas británicas para impedir la entrada de buques europeos.
(Con información de AFP, EFE y AP)
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