Las agencias de Naciones Unidas detectaron un repunte en el número de venezolanos que abandonan el país y temen que, si la tendencia persiste, dentro de un año se haya superado el umbral de los seis millones de migrantes y refugiados, con hasta 800.000 desplazamientos adicionales durante los próximos 12 meses.
La ONU estima que 5,4 millones de personas habían dejado Venezuela hasta noviembre, de las cuales 4,6 millones han recalado en países de América Latina y el Caribe. El enviado de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) para esta crisis, Eduardo Stein, advierte de que los flujos han vuelto a reactivarse.
Tras un «descenso temporal» por la pandemia, en el marco de la cual hubo unos 130.000 retornos, se estima que entre 500 y 700 personas al día salen de Venezuela. Stein explica en una entrevista con Europa Press que, si persiste esta tendencia, a finales de 2021 podría llegarse a los 6,2 millones de migrantes y refugiados, por encima de los datos de la crisis Siria.
Venezolanos huyendo
La pandemia de coronavirus se tradujo en «restricciones sumamente duras», con cierres de frontera que prácticamente paralizaron los movimientos y que derivaron en situaciones de «escasez extrema» entre migrantes y comunidades de acogida, con pérdidas de empleo generalizadas e incluso desalojos forzosos.
«Se agravó también el tema de la regularización», apunta Stein, entre otras razones porque el aumento de los controles fronterizos no hizo sino elevar el número de migrantes que optaban por pasos irregularidades -conocidos como trochas-, principalmente en la frontera con Colombia.
Los venezolanos siguen saliendo y, como reconoce el enviado internacional, los datos oficiales «no reflejan la realidad», habida cuenta de la vías alternativas que se hacen evidentes a ambos lados de la frontera. Según Stein, hace una semana había unas 19.000 personas cerca de tres puntos limítrofes con Colombia, esperando para cruzar.
Incremento
El personal de Acnur en zonas fronterizas ha detectado un «notable incremento» en el número de personas que llegan «en estados extremadamente precarios», como alertó el viernes el portavoz de esta agencia, Babar Baloch, al advertir de que han detectado «niveles sin precedentes de trauma y desesperación».
«La mayoría de ellos se ponen en manos de coyotes», quedando a merced de grupos que «presionan a los jóvenes para meterse en operaciones criminales o a mujeres para forzarlas en redes de trata», apunta Stein. «La situación vuelve a tornarse complicada» en la zona, admite.
Stein teme, asimismo, un empeoramiento de la xenofobia, ya que «el estigma se recrudece por la escasez de empleo» y «los esfuerzos de reactivación económica necesitan ser especialmente ágiles». Pone como ejemplo las palabras «extremadamente duras» del primer ministro de Trinidad y Tobago, quien declaró que no quería que su país fuese «un campo de concentración».
Menos retornos de venezolanos
La inestabilidad económica derivada de la pandemia generó un repunte de los retornos a Venezuela pero, al menos por la vía legal, este flujo «ha descendido considerablemente». El representante de la OIM y Acnur reconoce que puede atribuirse a las recientes tensiones políticas, agudizadas por la convocatoria de elecciones parlamentarias el 6 de diciembre.
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