A poco más de una semana de la ruptura definitiva entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE), las empresas se preparan para hacer frente a más aranceles, más burocracia y otras consecuencias menos predecibles en un contexto marcado por la «incertidumbre», dijeron a Efe los responsables de la asociación BusinessEurope y de Eurochambres.
Clara Gámez / EFE
La recta final de las negociaciones del Brexit deja con poco margen de maniobra a los negocios, que han de lidiar con una situación “de incertidumbre” a la que deben adaptarse con “poco tiempo de anticipación” tras el periodo de transición que termina el próximo 31 de diciembre, señaló la directora general adjunta de BusinessEurope, Luisa Santos.
En su opinión, el impacto más inmediato se verá en los aranceles, que dificultarán las exportaciones e importaciones entre la isla y el continente y que, en algunos casos, podrán elevarse hasta el 40 %, según estimó, un impuesto que repercutirá en el precio final de los productos.
Habrá que afrontar otros efectos consecuencia de la salida del Reino Unido, por ahora impredecibles como podrían ser el flujo de datos o la ratificación de nuevos acuerdos comerciales, estimó la directiva de BusinessEurope, que representa a las federaciones empresariales de 35 países europeos, entre ellas la CEOE española.
La directora de BusinessEurope abogó por alcanzar un pacto, “aunque no haya acuerdo”, en materia de protección de datos que indique que el Reino Unido “se adecua a las reglas europeas” conforme al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Destacó, además, los acuerdos comerciales que la UE tiene con países terceros, como Japón o Canadá, una alianza que Reino Unido trata de «copiar”.
“También está la cuestión de las reglas de origen, hay muchos productos europeos que son incorporados en Reino Unido para ser luego exportados a terceros países. Esto va a ser más difícil tras el Brexit porque no podemos confiar en que esos productos sean exportados sin pagar aranceles”, añadió.
Santos rechazó categóricamente “un periodo sin acuerdo” y abogó por prolongar el periodo de transición o activar una medida provisional hasta que el acuerdo definitivo sea ratificado.
El director de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria Europeas (Eurochambres), Ben Butters, coincidió en que lo que marcará la diferencia entre un acuerdo y un Brexit a las bravas serán las costes aduaneros, un gravamen que condicionará la situación de las empresas, ya deteriorada por la crisis sanitaria.
“Habrá barreras reales con las que se toparán las empresas inmediatamente aunque haya acuerdo y, si no lo hay, el problema es que tendrán que pagar el coste de las barreras, que se añadirá al precio final de los productos”, sostuvo el ejecutivo.
El coste de ciertos productos podría elevarse entre el 3 y el 10 %, “lo que podría significar que de manera inmediata las empresas vendan menos”, según el director de Eurochambres, asociación que representa a más de 20 millones de empresas en Europa -el 98 % de las cuales son pymes- a través de sus miembros en 44 países y una red de 1.700 cámaras regionales y locales.
CÓMO SE PREPARAN LAS EMPRESAS ANTE EL BREXIT
A su juicio, las firmas “no confían” en que saldrá adelante un acuerdo, sino que “cada vez más” se están preparando para el escenario opuesto.
Algunas empresas afrontan el Brexit “buscando mercados alternativos”, ya que comerciar con el país dirigido por el primer ministro británico, Boris Johnson, si no hay acuerdo es un coste “demasiado alto”.
Otras compañías que siguen dependiendo del mercado de la isla, están adoptando medidas de contingencia para adaptarse a la bajada de la circulación de bienes y las posibles barreras, consideradas por Butters “inoportunas” dada la actual situación económica.
“El Brexit va a costar dinero a la economía europea porque habrá nuevos procedimientos, requisitos y nuevos obstáculos para comerciar entre el Reino Unido y la UE”, sostuvo.
El jefe de la asociación de Cámaras Europeas del Comercio e Industria ve motivo para el optimismo respecto al acuerdo porque los negociadores del Brexit – Michel Barnier del lado europeo y David Frost, del británico – “siguen buscando una solución” a pesar de haber sobrepasado la fecha de vencimiento en varias ocasiones.
Para Butters, la situación derivada de la covid y las posteriores restricciones impuestas son “un toque de atención” para los negociadores, un reflejo de los posibles efectos de una salida a las bravas que espera “incentive» a Barnier y Frost para encontrar un acuerdo, aunque es consciente de que “no va a ser fácil y menos de ratificarlo antes de fin de año”.
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