Con casi medio millón de casos positivos y más de 10.000 muertos por covid-19 en Bogotá, tres zonas densamente pobladas de la capital colombiana comenzaron este martes un nuevo confinamiento de dos semanas ante el imparable crecimiento de los contagios y de las hospitalizaciones.
«La regla general es que nos quedamos en casa, como hicimos en las cuarentenas en junio, julio y agosto cuando estuvimos superando el primer pico de la pandemia», dijo el secretario de Gobierno y alcalde encargado, Luis Ernesto Gómez, en una visita que hizo a la localidad de Usaquén, que junto con la de Suba y la de Engativá son las afectadas por la medida.
En los accesos al barrio El Codito, que hace parte de Usaquén, soldados del Ejército y patrulleros de la Policía montaron desde las primeras horas de hoy puestos de control para verificar que quienes salen de casa realmente están exentos del confinamiento por ser personal de servicios de salud o de otras áreas esenciales.
IMPULSO AL TELETRABAJO
«Las personas deben teletrabajar en lo posible o informar a su empleador que se encuentran dentro de una de las localidades que están en la cuarentena, por lo cual no pueden desplazarse al trabajo», agregó Gómez, quien estos días reemplaza a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que está de vacaciones en el exterior.
De esta forma, la Alcaldía de la capital colombiana, ciudad que tiene más de 7,5 millones de habitantes, restringe hasta el 18 de enero la circulación de unos 2,5 millones de personas para tratar de mitigar la propagación comunitaria de la covid-19.
En toda la ciudad rige además el «pico y cédula», medida que limita el acceso de las personas al comercio y oficinas según el último número de su documento de identidad.
El Ministerio de Salud señala que en Bogotá se han contagiado de coronavirus 485.017 personas y aunque la mayoría se ha recuperado, la cifra de fallecidos asciende a 10.046.
ENTRE LA PANDEMIA Y LA POBREZA
El nuevo confinamiento fue acatado en su mayor parte por los habitantes de Usaquén, Suba y Engativá, pero los vendedores ambulantes, que viven del día a día, exigen a la Alcaldía que les dé alguna ayuda financiera para que sus familias, agobiadas por la pobreza, tengan qué comer.
Al respecto, el alcalde encargado dijo que a partir de hoy, 130.000 familias pobres y vulnerables de las tres localidades afectadas por el confinamiento recibirán, además de la transferencia monetaria del programa Bogotá Solidaria en Casa, un «bono de cuarentena», ayudas que suman unos 158 dólares mensuales.
Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en 2019 Bogotá tenía una incidencia de pobreza monetaria del 27,2 %, que si bien es la tercera más baja del país, afecta a más de dos millones de personas.
Gómez señaló que la decisión del confinamiento por zonas, que no se descarta que pueda ampliarse a otros sectores de la ciudad, como Chapinero y Kennedy, se tomó para aliviar la presión que tienen los hospitales y clínicas de la ciudad.
«Estamos en la segunda ola de covid-19 en la capital del país», dijo el funcionario, quien agregó que Bogotá tiene hoy una ocupación del 79 % en las unidades de cuidados intensivos (UCI), «un incremento de 1,5 puntos porcentuales en tan solo un día».
TEMOR POR EL REGRESO DE VIAJEROS
Las autoridades bogotanas temen que los contagios aumenten en los próximos días una vez lleguen a la ciudad unos 1,3 millones de personas que aún no han retornado de sus viajes de vacaciones de Navidad, Año Nuevo y Reyes.
«Este fin de semana retornaron a Bogotá alrededor de 700.000 personas (…) En los días que faltan van a ingresar alrededor de 1.300.000 personas. Todo esto genera una presión muy importante sobre el contagio, la interacción de personas y por ende sobre la carga hospitalaria», manifestó Gómez.
Al igual que las autoridades bogotanas, alcaldes y gobernadores de otras regiones del país están preocupados por la posibilidad de un colapso de la red hospitalaria si los casos siguen en aumento ya que Colombia acumula hasta la fecha 1.686.131 contagiados y 44.187 fallecimientos por la pandemia.
TOQUES DE QUEDA Y LEY SECA
La Gobernación de Antioquia, departamento que es después de Bogotá el que más contagios tiene de covid-19, con 271.111 casos positivos, expidió hoy un decreto con el que refuerza las restricciones de movimiento de la población.
Entre las normas están el «toque de queda por la vida», que regirá desde las diez de la noche del 6 de enero hasta las cinco de la mañana del lunes 11 en los 125 municipios de esa región, así como la ley seca y la restricción del «pico y cédula».
Medidas similares anunció para sus 116 municipios a partir del próximo jueves y hasta el lunes 11, cuando acaba el puente festivo de Reyes, el departamento de Cundinamarca, en el cual está situado Bogotá.
El gobernador de Cundinamarca, Nicolás García Bustos, dijo hoy que el 75 % de las camas UCI de ese departamento están ocupadas y que se habilitarán 27 unidades más en los municipios de Girardot, La Mesa, Fusagasugá y Tocancipá, pero advirtió que todo ese esfuerzo puede ser insuficiente si las personas no acatan las medidas de prevención del contagio.
«Los pacientes que ingresan a ocupar una UCI presentan un alto porcentaje de posibilidades de fallecer. Mi invitación es al autocuidado como herramienta de prevención», subrayó.
EFE
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