Naciones Unidas advirtió hoy sobre el deterioro de la situación humanitaria en Etiopía, donde cientos de miles de personas aún no han podido recibir ayuda humanitaria desde que comenzó el conflicto en la región de Tigray hace más de dos meses y medio, debido a las restricciones en el acceso a la región.
EFE
«La falta de comida, agua y servicios sanitarios está afectando a muchas personas hasta el punto que ya se ha reportado un aumento de la malnutrición y de enfermedades relacionadas con la deshidratación», señaló en una rueda de prensa el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke.
Además, según informaciones de esta oficina y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la violencia en Tigray va en aumento y continúan llegando noticias de civiles heridos y asesinados en el conflicto, principalmente en áreas rurales de la región.
Las agencias de las Naciones Unidas junto con algunas ONG han podido acceder a algunas zonas, principalmente de las ciudades, donde las autoridades han permitido el acceso.
Sin embargo, el número de personas a las que han podido asistir allí es muy bajo en comparación con los 2,3 millones de personas que requieren ayuda humanitaria urgente en todo Tigray.
El impedimento de esta ayuda humanitaria se debe a la inseguridad en algunas zonas, pero también los obstáculos burocráticos de las autoridades federales y regionales, por lo que la ONU volvió a pedir acceso inmediato.
También es muy preocupante la situación de los campos de refugiados eritreos que hay en Tigray, ya que la ONU sigue sin tener acceso a dos de los asentamientos del norte de la región, según aseguró el portavoz de Acnur, Babar Baloch.
Por otra parte, más de 58.000 personas han cruzado la frontera buscando asilo en Sudán desde el comienzo del conflicto, unas 500 al día, según los datos de Acnur, que se está centrando en trasladarlos para descongestionar las zonas fronterizas.
«El traslado de la frontera a los campos de refugiados puede llevar de 10 a 15 horas», añadió el representante de Acnur en Sudán, Axel Bisschop.
Las personas que llegan de Etiopía, de todas las clases sociales y profesiones, reportan las dificultades para llegar a Sudán por la presencia de puntos de control, según Bisschop.
Con respecto a la situación del coronavirus en los campos de refugiados, Baloch insistió en su llamada a todos los gobiernos para que estas personas formen parte de sus planes nacionales de vacunación.
El conflicto en Etiopía comenzó a principios de noviembre, cuando el Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido que gobernaba la región, se rebeló cuando las autoridades federales decidieron posponer las elecciones debido a la pandemia de COVID-19.
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