El regreso demócrata al poder en Washington aviva el recuerdo de unos lazos políticos de hace veinte años que solo han facilitado gestiones humanitarias.
La política de Joe Biden hacia Venezuela lógicamente contemplará, como es normal en una nueva Administración, una apertura inicial para tantear directamente al régimen de Nicolás Maduro y cargarse de argumentos propios para una subsiguiente actitud de dureza si no hay un adecuado avance de la situación. Estos días ha vuelto a evocarse el Grupo de Boston, una iniciativa que fraguó ciertas relaciones entre políticos de los dos países hace veinte años, como esperanza de un entendimiento mutuo para la salida del callejón en el que se encuentra Venezuela. Sin embargo, gestiones de quienes establecieron aquellos lazos solo han llevado los últimos años a la excarcelación de algunos estadounidenses detenidos de modo arbitrario en Venezuela, no a concesiones políticas del chavismo para permitir el regreso de la democracia al país caribeño. Difícilmente esa «puerta de atrás» tendrá más éxito ahora.
El acceso de John Kerry al Departamento de Estado en 2013 debía haber significado un impulso de ese diálogo, pues alguien del Grupo de Boston pasaba a ser el titular de la política exterior estadounidense. No obstante, ni hubo un acercamiento personal de Kerry hacia políticos venezolanos, ni los manejos de quien sí propició reuniones con el chavismo –Thomas Shannon, que llegó a número dos de Kerry– produjeron los beneficios buscados.
Ahora, otro congresista que participó en la iniciativa de 2002 y 2003 y desde entonces ha seguido haciendo algunos viajes a Caracas, el también demócrata Gregory Meeks, se convierte en presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Washington. En una entrevista con la agencia AP, Meeks ha especulado con posibles contactos con dirigentes chavistas, pero ha dejado claro que los fracasos de intentos de diálogo previos obligan a «prefijar condiciones» para asegurarse de que hay voluntad de avance por parte de Maduro.
Béisbol entre amigos
El primer encuentro de lo que se llamó Grupo de Boston se dio en septiembre de 2003 en Brewster, una localidad del estado de Massachusetts. Reunió a parlamentarios de Venezuela y de Estados Unidos, de diferentes partidos políticos. El objetivo era conocerse y crear relaciones personales que permitieran rebajar la tensión que existía entre ambos países, pues Hugo Chávez acusaba a Washington de haber apoyado el intento de derrocarle ocurrido unos meses antes. Por parte de los estadounidenses existía también el interés de que venezolanos oficialistas y opositores pudieran tender puentes entre ellos, superando la confrontación que estaban viviendo, y dieran valor a la Asamblea Nacional como lugar donde hacer política, al margen del hiperliderazgo que estaba comenzando a desarrollar Chávez.
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