La ONU advirtió este lunes que la recuperación económica de la crisis causada por el COVID-19 será frágil y desigual en Latinoamérica y el Caribe, y avisó del riesgo que corren varios países de enfrentar problemas de sostenibilidad de su deuda soberana.
En su nuevo informe de previsiones económicas, la organización vaticina un crecimiento del 3,8 % en la región durante 2021 y del 2,6 % en 2022. La cifra del año corriente es menor a la mitad de la contracción del 8 % que calcula para 2020 como consecuencia de la pandemia.
Naciones Unidas describió a la caída del año pasado como una de “proporciones históricas”, consecuencia de la combinación de medidas sanitarias para combatir el virus, la reducción en las exportaciones de materias primas y el desplome del turismo que provocó el coronavirus.
Los planes de estímulo de varios Gobiernos de la región, unidos a un ligero repunte de la actividad económica mundial, han permitido comenzar una recuperación “modesta” en la segunda mitad de 2020, pero el informe avisa de que los niveles de actividad previos a la crisis no se alcanzarán hasta finales de 2023.
Esa recuperación frágil entraña numerosos riesgos, incluido el peligro de que tenga lugar una “década perdida” en términos de crecimiento económico y desarrollo, según Naciones Unidas.
La ONU alertó, además, por el riesgo de inestabilidad política y las potenciales crisis de deuda en varios países y realizó un nuevo llamamiento a que los acreedores amplíen las medidas de alivio de deuda a naciones de ingresos medios y no sólo a las más pobres. Ese pedido ha sido reiterado por distintas organizaciones como el Banco Mundial, mientras que el G20 aprobó en noviembre un programa de renegociación de deuda para los países de menores recursos.
En ese sentido, la ONU resaltó que en casi una de cada cinco economías en desarrollo y transición, el déficit público se situó en 2020 en dobles dígitos como porcentaje del producto interior bruto y que la lenta recuperación seguirá dificultando estabilizar las cuentas.
Por ahora, la organización indica que la austeridad no es una opción, pues crearía daños innecesarios, tanto económicos como sociales.
A nivel nacional, la ONU prevé que la economía de Venezuela vuelva a contraerse en 2021, con un retroceso del 7 % tras una caída del 30 % en 2020, mientras que en la mayoría de la región espera rebotes moderados, que estarán lejos de compensar las pérdidas del año pasado.
Ese es el caso de Argentina (que se espera crezca un 4,9 %), Bolivia (5,1 %), Brasil (3,2 %), Chile (5 %), Colombia (5 %), Paraguay (3,5 %), Uruguay (4,5 %), México (3,8 %) y la mayoría de países centroamericanos y caribeños.
Para algunos Estados que han sufrido especialmente la crisis, la ONU espera un crecimiento mayor en 2021, como es el caso de Perú (9 %), mientras que en otros como el de Ecuador (1,6 %) será mucho más limitado.
Las proyecciones para América Latina se enmarcan en un informe global, en el que la organización estimó que la economía crecerá un 4,7% a nivel mundial este año. En paralelo, indicó que la contracción del 2020 fue del 4,3%, lo que refleja que la región fue una de las más afectadas por la pandemia.
La desigualdad, expresó el informe, también está aumentando entre los países como consecuencia de los enormes paquetes de estímulo de los Estados más ricos, que los sitúan en una trayectoria de recuperación mucho más acelerada que las naciones con menos recursos, que no han podido actuar con la misma contundencia.
La ONU calcula que 131 millones de personas cayeron a la pobreza en 2020, con las mujeres y niñas especialmente afectadas, mientras que los más ricos de los ricos han visto aumentar sus fortunas durante la pandemia.
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