La jefa en funciones de la Policía del Capitolio de EE.UU., Yogananda Pittman, admitió este martes ante el Congreso que hubo «fallas» en la seguridad del complejo, en donde el pasado 6 de enero irrumpieron violentamente seguidores del expresidente Donald Trump, y ofreció disculpas por lo ocurrido.
Pittman, que no estaba a cargo de esa fuerza en el momento del asalto, admitió que dos días antes del ataque conocían que la movilización convocada por los seguidores de Trump «no sería como ninguna de las protestas anteriores».
«Sabíamos que asistirían grupos de milicias y organizaciones supremacistas blancos. También sabíamos que algunos de estos participantes tenían la intención de traer armas de fuego y otras armas al evento», señaló en su intervención ante el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, que supervisa el financiamiento de esta dependencia y ha abierto una investigación a raíz de lo sucedido.
«Sabíamos -agregó la jefa policial que reemplazó a Steven Sund, obligado a dimitir por el fallo en la seguridad del emblemático edificio- que había un gran potencial de violencia y que el Congreso era el objetivo».
Ese día, en el que tuvo lugar lo que funcionaria tipificó como un “ataque terrorista”, cinco personas fallecieron, entre ellas un policía del Capitolio.
Pittman relató que el departamento a su cargo se preparó, pero no hizo lo suficiente y que pese a que su antecesor solicitó a la junta de Policía del Capitolio -compuesta por tres integrantes, dos de los cuales renunciaron- que declarara el estado de emergencia y se autorizara solicitar apoyo de la Guardia Nacional, no recibió el visto bueno.
En cambio, la junta -detalló Pittman- alentó a Sund a que contactara a la Guardia Nacional para conocer cuántos uniformados podían ser enviados al Capitolio con poca antelación y solo concedió la autorización más de una hora después de que la muchedumbre irrumpiera en el edificio para movilizar a las tropas.
«Estoy aquí para ofrecer mis más sinceras disculpas», afirmó la funcionaria, quien apuntó que «las acciones de los insurrectos y la incapacidad del departamento (de Policía) de asegurar inmediatamente el Capitolio de EE.UU. envalentonaron a los insurrectos y horrorizaron a millones de estadounidenses».
Entre otros detalles, indicó que ese día, «casi en el momento exacto» del ingreso de los seguidores de Trump al edificio del Legislativo, se descubrió una bomba de fabricación casera en el Comité Nacional Republicano y poco después un vehículo con químicos explosivos y un arma, así como un artefacto explosivo casero en Comité Nacional Demócrata, lo que los obligó a «desviar» recursos.
También indicó que el departamento de Policía del Capitolio había movilizado a 1.200 de sus empleados, que no lograron hacer frente a “las decenas de miles de insurrectos (muchos armados)” que atacaron el lugar.
Los seguidores de Trump asaltaron el Capitolio mientras los legisladores procedían a certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden, quien asumió la Presidencia el pasado 20 de enero en una ceremonia fuertemente custodiada.
Este lunes, la Cámara de Representantes presentó una acusación de «impeachment» contra el expresidente Trump ante el Senado, activando así un nuevo juicio político contra el líder republicano, esta vez por incitar el asalto al Congreso.
EFE
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