Las lluvias que asolaron California durante la semana pasada dejaron colapsado un importante tramo montañoso de la autopista 1 a la altura de Rat Creek, a unos 24 kilómetros de Big Sur, entre San Francisco y Los Ángeles.
Funcionarios del Departamento de Transporte de California (Caltrans) explicaron que un flujo de desechos corrió por la ladera e impactó sobre el drenaje, que no soportó la gran cantidad de agua, barro y otros elementos, lo que provocó la rotura de la carretera.
La primera alerta fue dada por un oficial de la Patrulla de Caminos de California, John Yerace, que relató cómo se percató durante la tarde del jueves pasado que “esa sección de la carretera, específicamente el carril hacia el sur, se había caído al océano”, en declaraciones que reproduce CNN.
Desde ese momento comenzaron los trabajos para tratar de reconstituir el sector, pero las imágenes de drones de la escena muestran un enorme hueco y se desconoce cuánto tiempo tomará la obra de reparación de la carretera, en un sector de enorme belleza panorámica que recorre gran parte de la costa de California.
Cuando los equipos de Caltrans tomaron conocimiento de las consecuencias del deslave, otorgaron un contrato de emergencia a Papich Construction en el condado de San Luis Obispo para comenzar las tareas de reparación. Las cuadrillas llegaron al lugar el viernes por la mañana y constataron que “ambos carriles de la carretera habían desaparecido”.
El oficial Yerace agregó que al descubrir el colapso, se quedó en el lugar para mantener a salvo a los automovilistas. Más tarde regresó junto a los trabajadores de Caltrans para comprobar el colapso total que se había producido: “En algún momento de la noche, antes de las 6:30 de la mañana, arribamos al lugar con la ayuda de Caltrans y nos dimos cuenta de que la carretera ya no estaba”, señaló.
El área del derrumbe está aproximadamente a un kilómetro y medio al sur de la marca que dejó el incendio Dolan, uno de los desastres forestales que devastaron el estado durante el último verano.
No es la primera vez que ocurre un desastre de este tipo en la autopista 1. Otro tramo se reabrió en julio de 2018, más de un año después de que un deslizamiento de tierra masivo lo destruyera en mayo de 2017. En esas oportunidad, no había desaparecido la carretera sino que se habían amontonado toneladas de rocas a lo largo de una sección en la que no se podía transitar. La costa creció más de 50 mil metros cuadrados.
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia para los condados de Monterey y San Luis Obispo a causa de las tormentas de invierno y sus consecuentes deslaves de lodo y escombros, lo que llevó a la evacuación de miles de residentes.
Se estima que no menos de 25 edificaciones en el norte de California han sido dañadas por este fenómeno, casualmente en zonas donde también los incendios forestales previos han causado estragos.
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