También se aplicarán largas penas y multas a quienes inciten «al odio o al desprecio» hacia los golpistas
Con el Ejército desplegado en las calles del país y tras una larga noche sin internet, los birmanos volvieron a desafiar este lunes la creciente represión de los militares y salieron un día más a protestar, mientras la líder electa, Aung San Suu Kyi, continúa en arresto domiciliario.
Cuando se cumplen dos semanas del golpe de Estado y en un ambiente cada vez más tenso, la policía y soldados dispararon hoy indiscriminadamente con escopetas de aire comprimido para disolver una manifestación en Mandalay, la segunda ciudad del país, según confirmaron a Efe dos testigos, sin que de momento haya cifras de heridos. En Rangún, grupos de manifestantes mostraron su rechazo a la junta militar con pancartas que rezaban «Acabad con la dictadura» al paso de los tanques y camiones militares que desde la víspera recorren la mayor ciudad del país.
El ejército advirtió a los manifestantes antigolpistas en todo el país que podrían enfrentar hasta 20 años de prisión si obstruyen las acciones de las fuerzas armadas. También se aplicarán largas penas y multas a quienes inciten «al odio o al desprecio» hacia los golpistas, informó BBC.
El sábado, los militares comunicaron además que se habían emitido órdenes de arresto contra siete destacados activistas de la oposición y advirtieron a la ciudadanía de que no cobijara a los activistas de la oposición que huían del arresto. Imágenes de video mostraban a personas reaccionando con desafío, golpeando ollas y sartenes para advertir a sus vecinos de las redadas nocturnas de las fuerzas de seguridad. El ejército también suspendió el sábado las leyes que requieren órdenes judiciales para detener a personas por más de 24 horas y para registrar propiedades privadas.
En la sede del Banco Central el Ejército desplegó a primera hora de la mañana varios vehículos armados y a más de un centenar de policías como un claro mensaje de amenaza a los empleados que han decidido protestar con el levantamiento militar que acabó con el gobierno electo de Aung San Suu Kyi. Una de las bazas más efectivas del movimiento de desobediencia civil contra el golpe están siendo la huelgas iniciadas por los trabajadores del sector de la sanidad y que están siguiendo muchos funcionarios, lo que está paralizando la Administración.
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