El París Saint Germain dio el golpe en el Camp Nou y goleó al Barcelona en el mismísimo Camp Nou. Con un Kylian Mbappé inspirado, se impuso 4-1 en suelo catalán por la ida de los octavos de final de la Champions League. El árbitro fue el neerlandés Björn Kuipers.
En un primer tiempo electrizante, fue Lionel Messi quien puso arriba al dueño de casa a través de una pena máxima ejecutada de manera formidable. A pesar de que en un principio parecía no haber infracción de Kurzawa a De Jong, una repetición mostró que existió un imperceptible toque que desestabilizó al holandés dentro del área.
Previo a esto, los parisinos habían avisado con algunos desmarques de Mbappé, un remate desviado de Gueye y un increíble mano a mano dilapidado por Mauro Icardi, quien le entró mordido y no pudo sentenciar la valla de Ter Stegen (salvó Pedri en la línea). Tras el 1-0, el Barça pudo haber aumentado con un remate de Dembélé tras asistencia de Messi, pero el francés pateó débil y a las manos de Keylor Navas.
Transcurrida la media hora de juego en suelo catalán, Mbappé apareció otra vez en escena dentro del área y con una finta en una baldosa dejó en ridículo a su compatriota Lenglet antes de definir arriba al primer palo: 1-1. El ritmo siguió siendo frenético. Kurzawa, un problema sin resolver para los dirigidos por Ronaldo Koeman, se proyectó en ataque y casi anota el segundo. Ter Stegen desvió su remate bajo y cruzado al córner. De contragolpe, Griezmann armó una maniobra individual que terminó con su definición de zurda y cruzada, a centímetros del palo. Y más tarde el PSG hizo sobresaltar al arquero rival con un tiro de sobrepique de Moise Kean -con buena respuesta de Ter Stegen- y un cabezazo afuera de Icardi, que anticipó a la salida de un tiro de esquina.
En el complemento no hubo ningún tipo de equivalencias. Si los franceses habían dejado entrever que estaban mejor parados en cancha que los españoles, lo confirmaron por completo en la parte final. De entrada nomás avisó Mbappé con un remate con rosca que salió cerca del segundo poste. Y más tarde fue Kean el que hizo revolcar nuevamente a Ter Stegen con un remate que se desvió en el camino. El Barcelona apenas generó peligro con un tiro libre de Messi que no pasó a mayores (dio en la barrera y se fue al córner) y un tiro de esquina pasado que casi conecta Griezmann por el segundo poste.
Al minuto 64 se produjo el quiebre: Leandro Paredes (uno de los mejores de la cancha) lanzó para Florenzi, que se metió en el área y envió el pase atrás, Piqué llegó a sacar el balón de la boca del arco pero Mbappé capturó el rebote y sentenció. Con más espacios por tener que ir a buscar el empate, Mbappé se armó un festín de contraataque. Enseguida el rayo número 7 se sacó a dos marcadores de encima y sacó un zurdazo rechazado por Ter Stegen.
A los 70 Paredes ejecutó una bola detenida que cayó en el corazón del área y fue conectada de cabeza por Kean, que estiró la ventaja en el tanteador. La cuesta se hizo arriba y los culés, desde allí, solamente sufrieron el partido. Con vergüenza deportiva los jugadores locales intentaron descontar y apenas estuvieron cerca cuando Griezmann presionó a Navas y casi anota de carambola. A falta de cinco minutos para el final, el último estiletazo: Draxler manejó los hilos de un contragolpe y descargó para Mbappé, la pesadilla del Barcelona, que definió con cara interna al ángulo.
Hay que recordar que para esta cita Mauricio Pochettino no contó ni con Ángel Di María ni con Neymar, que están lesionados y se ilusionan con disputar la revancha el próximo miércoles 10 de marzo en Parque de los Príncipes.
Lo cierto es que para la revancha este Barcelona al que no le sobran ideas está obligado a convertir cuatro goles para tener chances de mantenerse vivo en la competición. Mientras tanto en Francia el rumor de que Messi se irá después de junio al PSG se agiganta día a día.
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