El Comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky, reveló la mañana de este martes 2 de marzo que se elevó a 5,5 millones la cifra de venezolanos que han huido de la dictadura criminal de Nicolás Maduro.
«Ya son 5.5 millones de migrantes y refugiados venezolanos para la fecha», escribió en Twitter el funcionario.
En ese sentido, detalló los principales países receptores en Latinoamérica y el Caribe de los migrantes venezolanos:
Colombia: 1.7 millones
Perú: 1 millón
Chile: 456 mil
Ecuador: 420 mil
Brasil: 267 mil
Argentina: 180 mil.
Panamá: 120 mil
República Dominicana: 114 mil
México: 101 mil
Costa Rica: 40 mil
Trinidad y Tobago: 40 mil
Guyana: 36 mil
https://twitter.com/dsmolansky/status/1366757813645631489?s=20
Cabe destacar que solo el 7% de los refugiados considera el retorno a Venezuela como una alternativa a los conflictos generados por la pandemia, la crisis económica, los desalojos y la discriminación, según un estudio coordinado por ACNUR.
Aunque las cifras varían constantemente, 1,7 millones se han asentado en Colombia, seguida por Perú, Chile, Ecuador y Brasil, que albergan migrantes y refugiados por cientos de miles. Las cuarentenas y medidas de confinamiento decretadas por los Gobiernos para contener la covid-19 les han dificultado ganarse la vida en sus comunidades de acogida. En la vecina Colombia, por ejemplo, donde nueve de cada diez alimentan las filas de la informalidad a pesar de una política de acogida y flexibilidad migratoria elogiada internacionalmente, la prensa registró al comienzo de la pandemia la expulsión de familias migrantes de pensiones que no podían pagar, en plena cuarentena nacional.
Muchas familias migrantes se han quedado sin hogar en América Latina. Mientras la región apenas intentaba encajar un éxodo sin precedentes, con crecientes necesidades humanitarias, los estragos económicos causados por la pandemia del coronavirus en el último año han tenido un efecto devastador sobre los más vulnerables. Y entre ellos, los venezolanos, que suelen afrontar altísimos niveles de informalidad en las ciudades donde han encontrado refugio, han sentido el golpe con especial crudeza. Los obstáculos que enfrentan para integrarse son enormes, y la crisis sanitaria ha exacerbado el riesgo de que los desalojen de manera forzosa de sus viviendas.
A pesar de esas adversidades y la creciente de precariedad económica, la mayoría de los migrantes todavía prefiere permanecer en los lugares donde se han asentado antes que regresar a Venezuela, señala un estudio sobre el desalojo de migrantes en la región, publicado este miércoles por la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La Encuesta Regional de Desalojos de las Personas Refugiadas y Migrantes de Venezuela, la primera en su tipo, es parte de la plataforma regional de coordinación entre varias agencias para refugiados y migrantes de Venezuela (R4V) y la relatoría sobre los derechos de las personas migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Con información de El País
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