La pobreza en Ecuador creció durante 2020 más de 7 puntos porcentuales, pasando del 25 % a finales 2019 al 32,4 % el último diciembre, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El documento, difundido este martes, indica que la pobreza y la pobreza extrema se han agudizado en el país, entre otros factores, por los efectos socieconómicos de la pandemia, aunque se trata de una tendencia que había comenzado en 2018.
El indicador del 32,4 % refleja la situación promedio calibrada a nivel nacional, si bien a nivel urbano es algo más bajo, un 25,1%, y a nivel rural bastante más alto, un 47,9 %.
En diciembre de 2020, la línea de pobreza se ubicaba en Ecuador, un país de algo más de 17 millones de habitantes, en 84,05 dólares mensuales per cápita, mientras que la línea de pobreza extrema en 47,37 dólares mensuales per cápita.
«En relación a la pobreza extrema, a nivel nacional era de 14,9 % en diciembre de 2020», destaca el informe elaborado por el INEC, que indica a una mayor afectación en la zona rural (27,5 %), respecto de la urbana (9,0 %).
Durante el último año, en el que Ecuador ha sufrido los embates de una profunda crisis económica y sanitaria, también han crecido las diferencias sociales según el coeficiente de Gini, de 0,473 en 2019 a 0,500 en 2020.
Ecuador acumula hasta ahora 286.725 casos de contagio por covid-19, mientras que las muertes confirmadas y probables por la enfermedad se sitúan en 15.850, conforme al último boletín del Ministerio de Salud Pública.
SUBE EL DESEMPLEO
La covid-19 encontró a Ecuador en una aguda crisis económica desde 2018 y de falta de liquidez, lo que agravó aún más el impacto social de la pandemia.
Otro indicador que ha terminado 2020 en negativo es el del empleo, que muestra un deterioro del mercado por las dos mismas razones.
Según el documento, a finales del año pasado apenas el 30,8 % de los trabajadores tenía un empleo adecuado, una caída de 8 puntos porcentuales con respecto a 2019, si bien es cierto que también este indicador llevaba bajando desde 2017, cuando estuvo en 42,3 por ciento.
Por «empleo adecuado» se entiende una jornada laboral de 40 horas a la semana remunerada al menos con el salario básico de 400 mensuales.
De diciembre de 2019 a diciembre de 2020 se incrementaron los indicadores de «subempleo», del 17,8 % al 22,7 %, y de desempleo, del 3,8 % al 5,0 %.
Por sexos, el desempleo afectó a un 6,7 % de las mujeres y a un 3,7 % de los hombres.
También continua la creciente tendencia del trabajo informal, con una tasa en 2020 del 51,1 %.
Se trata de un indicador que desde 2014, cuando estaba en 39,7 %, va creciendo progresivamente, aunque su mayor incremento ha sido en 2020 como consecuencia de la pandemia.
EFE
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