A mediados de la mañana de hoy lunes, un grupo de 20 especialistas debatirá en la Dirección de Policía Científica de La Plata si Diego Armando Maradona, el máximo ídolo de la historia argentina, fue víctima de, al menos, un homicidio culposo a manos de la negligencia u omisión de los médicos y enfermeros que debían tratarlo, entre ellos, el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.
Lo que diga la junta médica, sus conclusiones en unanimidad o disidencia, será clave para que la Justicia defina si Luque, Cosachov y los otros cinco imputados del caso, entre ellos la enfermera Dahiana Madrid y el psicólogo Carlos Díaz, enfrentarán pedidos de indagatoria y eventualmente detención. Para los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra, dirigidos por John Broyad, fiscal general de San Isidro, será el punto de inflexión, con el análisis de 17 cuerpos de expediente que incluyen al menos 9 historias clínicas de diversos centros médicos como el Sacre Coeur, que en 2004 ya adelantaba que Maradona sufría una “miocardiopatía dilatada con lesiones de microinfartos”. En esos 17 cuerpos de expediente hay al menos 400 fojas de desgrabaciones de chats de teléfonos, donde se incluye la mezquindad y el destrato de quienes debían cuidar a Diego.
También, se analizarán los resultados de la autopsia practicada el 25 de noviembre y las pericias toxicológicas a la sangre y orina del cuerpo, que no revelaron rastros de cocaína, marihuana o alcohol pero si una compleja batería de psicofármacos que podrían haber tenido contraindicaciones para las cardiopatías que sufría Diego.
También se evaluarán las supuestas falencias de la internación domiciliaria en el country San Andrés de Tigre, donde murió sin un llamador de cama, suero, tubo de oxígeno, siquiera un aparato para tomarle la presión, con sus teléfonos manipulados por su entorno según testimonios y sin siquiera un baño propio en su habitación.
La guía para evaluar el caso serán los 23 puntos de pericia entregados por los fiscales a la junta, 23 preguntas que apuntan directamente a todos estos factores y si Maradona se realizó chequeos sugeridos por un médico clínico el 12 de noviembre, un clínico que según la causa fue luego apartado por el entorno. La número 23 es quizás la más compleja de todas: si los acusados superaron o no el riesgo permitido en el tratamiento.
Por la parte pedida por los fiscales, Carlos Damín, jefe del Servicio de Toxicología del Hospital Fernández, será el experto designado para evaluar la interacción de los medicamentos que Cosachov recetaba con el organismo de Diego. Hernán Trimarchi, jefe de Nefrología del Hospital Británico, analizará sus riñones. El doctor Fernando Cairo será el especialista en hepatología.
Habrá dos especialistas en psiquiatría: el doctor José Luis Covelli, jefe de la cátedra de medicina legal de la UBA y ex decano de peritos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y Enrique Gallego, ex jefe de división del Cuerpo Médico de Morón.
Estarán también los cinco legistas que participaron de la autopsia el 25 de noviembre en la Morgue de San Fernando: el doctor Carlos Cassinelli, director de Medicina Legal de la Superintendencia de Policía Científica; Federico Corasaniti, jefe de la división del Cuerpo Médico de San Isidro; Agustín Grimoldi Vázquez, jefe de la Morgue de San Isidro; y Javier Grubisa, jefe de la Morgue de La Plata.
El cardiólogo será Gustavo Di Miro, jefe del servicio del Hospital Central de San Isidro. Una insuficiencia cardíaca, precisamente, fue la causa de la muerte de Maradona. Luque y Cosachov presentaron especialistas, ya que los acusados tienen la posibilidad de hacerlo. Cosachov presentó a un cardiólogo y a Aníbal Areco, reconocido especialista en salud mental y psiquiatra.
Dalma y Gianinna también presentaron su perito. Según fuentes judiciales, es el cardiólogo Sergio Víctor Perrone, reconocido en su área y de extenso currículum.
Perrone había visto a Maradona años atrás como médico, en consultas solicitadas por colegas que lo asistían: su carrera incluye membresías pasadas en la New York Academy of Sciences, la Heart Failure Association of America y la Federación Argentina de Cardiología. Participó de los directorios educacionales de laboratorios como Pfizer y Novo Nordisk y fue el organizador y posteriormente director clínico del programa de trasplante cardiaco de la Fundación Favaloro durante 20 años. También fue parte del Sanatorio de la Trinidad, el FLENI y el IADT. Hoy se desempeña en el sanatorio El Cruce en Florencio Varela.
Se espera que la junta médica delibere “entre dos y tres semanas”, según fuentes del caso.
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