El papa Francisco aprobó el decreto que reconoce las «virtudes heroicas», primer paso en el proceso de beatificación, de los sacerdotes nacidos en Andalucía (España) Cosme Muñoz Pérez (1573-1636) y Salvador Valera Parra (1816-1889).
Cosme Muñoz Pérez fue el fundador de la Congregación de las Hijas del Patronato de Santa María. Nació en 1573 en Villar del Río (Córdoba) y murió en Córdoba el 3 de diciembre de 1636.
En 1609, el obispo de Córdoba, Diego de Mardones, le encomendó la tarea de cuidar a las niñas huérfanas, continuando la obra iniciada por Isabel de la Cruz.
Salvador Valera Parra nació el 27 de febrero de 1816 en Huércal-Overa (Almería) y murió allí el 15 de marzo de 1889. Como párroco se distinguió por muchas obras de carácter espiritual y social, en particular durante las epidemias de cólera y los terremotos que en 1863 causaron destrucción y víctimas, explica el Vaticano en su biografía.
Junto con Santa Teresa Jornet, fundadora de las Hermanitas para Ancianos Abandonados, en 1885 fundó un hogar para ancianos.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce «haber vivido las virtudes de manera heroica».
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, y para que sea canonizado, es decir, elevado a santo, se precisa un segundo milagro obrado «por intercesión» después de ser proclamado beato. EFE
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