La ONG venezolana Espacio Público denunció la detención de la escritora y periodista venezolana Milagros Mata Gil junto a su marido, el poeta Juan Manuel Muñoz, por, aparentemente, publicar un artículo crítico con el fiscal general, Tarek William Saab.
“Funcionarios del (Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro) Conas detienen a la periodista Milagros Mata Gil y a su esposo, el escritor Juan Manuel Muñoz, por la presunta publicación de un artículo satírico en el que se menciona al fiscal general, Tarek William Saab”, escribió Espacio Público en Twitter.
Esa asociación, dedicada a la promoción de la libertad de expresión, el derecho a la información y la responsabilidad social en medios, añadió que el abogado de ambos, Juan Márquez, les explicó “que serán presentados este jueves 1 de abril, bajo la presunta comisión de ‘incitación al odio’” ante los tribunales.
Por su parte, el abogado y activista Gonzalo Himiob destacó que el equipo legal de la organización Foro Penal, de la que forma parte y que se dedica a la defensa y promoción de los derechos humanos, está “a la orden e indagando los detalles del arresto de los escritores Milagros Mata Gil y Juan Manuel Muñoz”.
“Tanto Milagros Mata Gil como Juan Manuel Muñoz, ‘Moriche’, son mayores de 70 años. El (Código Orgánico Procesal Penal) COPP (Art. 231) prohíbe que se les dicte detención preventiva en cualquier centro de reclusión. En última instancia, solo pueden ser sujetos a medidas cautelares o a arresto domiciliario”, subrayó.
Mata Gil es integrante de la Academia Venezolana de la Lengua Española y autora de casi una veintena de obras de novela y ensayo.
El artículo en cuestión
El ex presidente de Puertos de Anzoátegui, Luis Gómez Veracierta, explicó, según publicó el periódico Tal Cual, que la detención de los escritores se habría dado después de que Mata Gil publicase un artículo en su cuenta de Facebook sobre una boda celebrada en el Club Sirio de Puerto La Cruz a finales de febrero, a la que asistieron más de 800 personas sin mantener ningún tipo de protocolo por el coronavirus, entre las cuales figuraba el fiscal general Tarek William Saab.
El diario El Vistazo, de Anzoátegui, agregó que el escrito habría sido de carácter satírico y se denominaba ‘Fiesta Mortal’. En este se mencionan tanto a Tarek William Saab como a su madre, ambos oriundos de El Tigre y miembros de la comunidad musulmana.
En el artículo en cuestión, Mata Gil describió la polémica boda que contó con más de 800 invitados y un personal de 200 personas para atenderlos, vestidos finos, burkas, joyas y perfumes costosos, una caravana de cristianos y musulmanes, la ausencia de cualquier tipo de jamón de cerdo y, sobre todo, la presencia de Saab y su madre Alía, descritos como “las estrellas” del evento.
Tras detallar cómo fue la fiesta, la novelista apuntó hacia la posible raíz de un foco de COVID-19 que ahora suma más de 600 casos en la zona, al referirse a la organizadora de la boda, que ya padecía síntomas de la enfermedad, pero se dispuso a trabajar porque “no rechazaría un supuesto contrato de más de seis dígitos en dólares”.
Tal Cual dio cuenta que el video de la boda se hizo viral en Twitter el pasado 22 de marzo. Allí se ve a decenas de personas que bailan sin respetar el distanciamiento social.
El texto completo de Mata Gil
I. El asunto es que el afán de figuración social de los recién vestidos resulta tan grande como lo es su narcisismo, variante de la estupidez. Entonces, enviaron y recibieron 800 invitaciones. Contrataron 200 personas para el manejo del catering, el bar y el servicio, ujieres, vigilancia, guardaespaldas, acomodadores, decoradores. Y eso sin mencionar el personal externo relacionado con los invitados al pantagruélico evento.
II. Dicen que la planner de bodas, empresaria ultraconocida, tenía síntomas de COVID, pero no estaba dispuesta a perder un contrato de seis cifras altas en dólares. Era acondicionar el Club Sirio en Lechería para la fiesta celebratoria de un matrimonio doble. Por ahí circulan las fotos. Novias de impoluto blanco y amplias faldas. Muy clásico todo. Damas enjoyadas a las que casi se les huele el perfume y otras, de cerradas túnicas con visos dorados y burkas, a las que casi se les siente el olor. Y todos sin tapaboca. Y todos abrazados. Nada de aislamiento social. Torres de pasapalos y dulces de la rica y exquisita variedad árabe. Comamos y bebamos, que luego moriremos. Carpe diem y todo el epicureismo de esa raza. La fiesta fue un éxito. Y más que las novias, las estrellas fueron, dicen, Tarek Saab y su madre Alía.
III. De El Tigre fueron en caravana alegre. Musulmanes y cristianos bien avenida. Por supuesto, nada de jamón. Nada que oloriera siquiera a cerdo. Ante todo, la higiene alimentaria según el Profeta.
Una o dos semanas después, comenzó la epidemia que ha hecho colapsar las clínicas y hospitales tanto de Barcelona y Puerto La Cruz como de las poblaciones circunvecinas. 600 contagiados y sumando. Algunos muertos. Los invitados a la boda y sus familiares y después sus empleados y los familiares de los empleados. La planner, el marido y todo el personal contratado para el servicio y la familia y los amigos. Decían que el propio Fiscal estaba infectado, pero vistas sus pesquisas faranduleras, quizá no.
IV. Hubo un tiempo en que la colonia árabe era modesta. Disfrutaban de sus ganancias, eso sí. Pero sin ostentación. Sus nuevas y desmadradas riquezas, insertados en el turbio y voraginoso cauce de los negocios con este desgobierno, los han hecho resbalar hacia la superficialidad del lujo mostrable y demostrable. Hacia la obscenidad y las secretas búsquedas de placer. No olvidemos el asunto de los suicidios acordados. La decadencia. La decadencia. Y aún falta. Pero de ésta, pagaron alguna consecuencia.
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