Los padres de familia de los estudiantes fallecidos a causa del desplome de una baranda en una universidad pública de la ciudad de El Alto, la segunda más poblada de Bolivia, se sienten «abandonados» y piden ayuda para contratar los servicios de un abogado y exigir justicia por sus hijos, tras un mes del accidente.
Cinco padres de familia de los siete estudiantes fallecidos de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) se unieron para buscar los recursos económicos necesarios para contratar los servicios de un abogado que los apoye y guíe para que las muertes de sus hijos no queden impunes.
«Ni un abogado he podido agarrar porque no tengo recursos económicos para pagar, no tengo plata, por eso entre cinco de los familiares estamos viendo cómo hacer», dijo a Efe Juana Justo, la madre de Gemio Mamani, uno de los estudiantes que cayó unos 17 metros al asistir a una reunión estudiantil el pasado 2 de marzo en esa universidad.
La madre contó que no tienen información de cómo avanza el caso o en qué va la investigación en la Fiscalía y no hay una persona que les pueda orientar.
«No nos han dicho nada los de la UPEA y encima sin abogado, no tenemos ni como defendernos», lamentó Justo.
El joven Gemio de 21 años estaba por comenzar a estudiar la carrera de Contaduría Pública en esa universidad, pero no logró pasar «ni una sola clase» su sueño era apoyar a sus padres con su profesión y luego estudiar música, ya que trabajaba de baterista en una banda cristiana.
«Ahora no hay quien me ayude con mis otros cuatro hijos, él me ayudaba», comentó la madre.
De la misma manera, Pedro Mamani, padre del joven Saúl Mamani, contó a Efe que cuando sucedió el hecho varias autoridades, sin mencionar cuáles, les prometieron que les apoyarían para que se haga justicia por sus hijos, pero a un mes del hecho nadie les ayudó.
«Nos sentimos abandonados», enfatizó Mamani.
El padre junto a los otros familiares de los fallecidos quieren que se haga justicia y a su vez conocer si les corresponde algún resarcimiento económico por la muerte de sus hijos.
El joven Saúl de 23 años estudiaba Ciencias de la Educación y su mayor sueño era salir profesional, contó su padre.
Anahí, Gemio, Raúl, Saúl, Tania, Loyda y Limber son las siete víctimas fatales del accidente ocurrido el pasado 2 de marzo, que también dejó otros cuatro estudiantes heridos.
Los jóvenes habían asistido a la universidad para participar en una reunión estudiantil que terminó en una confusa gresca en un estrecho pasillo en un cuarto piso de la carrera de Administración de Empresas de la UPEA.
LOS HERIDOS
Los cuatro estudiantes heridos ya fueron dados de alta de la Caja de Salud Cordes en La Paz, la última en salir fue Marisol Verástegui de 26 años que dejó la clínica esta semana luego de pasar 28 días de estar internada, informó a Efe el jefe médico de la clínica Ronald Gandarillas.
«Ha sido dada de alta de manera hospitalaria, pero tiene que seguir sus controles», comentó el médico.
La joven presentaba múltiples fracturas en las costillas y también en algunas vértebras por lo que la joven tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y su evolución ha sido favorable, explicó el doctor.
«Puede caminar que es lo más importante», añadió Gandarillas.
Las dos mujeres heridas fueron intervenidas quirúrgicamente, mientras que los otros dos heridos no necesitaban de este procedimiento, indicó Gandarillas.
En la investigación por este hecho hay siete dirigentes estudiantiles con detención preventiva por cuatro meses en cárceles de La Paz que son investigados por los presuntos delitos de «homicidio culposo y lesiones culposas»
De la misma manera fueron convocados a declarar el rector y vicerrector de la UPEA por este caso.EFE
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