Durante la campaña, Joe Biden prometió cambiar el tono con respecto a la inmigración, inclusive con aquellos que han venido a Estados Unidos sin documentos. Pero teniendo en cuenta que el demócrata fue el vicepresidente de Barack Obama y que durante aquella administración hubo altísimos números de deportaciones (que le valieron a Obama el mote de “deportador en jefe”), muchos no sabían que esperar de Biden en cuanto a este tema.
Hoy no hay mucha más claridad. Hasta ahora, la política de la administración ha sido pendular, pese a que ha dicho tener interés en impulsar una reforma migratoria que otorgue un camino a la ciudadanía para quienes no tienen papeles.
Marzo fue el mes récord de deportaciones en los últimos 20 años. En el tercer mes de 2021, las autoridades detuvieron a más de 170 mil migrantes en la frontera. Sin embargo, en abril, las deportaciones cayeron a su número más bajo en la historia, según datos oficiales del servicio de inmigración y aduanas (ICE por sus siglas en inglés), reportadas por el periódico Washington Post.
ICE deportó a 2962 migrantes en abril, la primera vez en dos décadas que el número está por debajo de 3000.
Cualquier cambio en la ley migratoria debe llegar desde el congreso -al menos los cambios permanentes que no pueden realizarse por decreto-. Por ende, hasta que no se vote una nueva ley de reforma migratoria no habrá cambios sustanciales.
Sin embargo, el poder ejecutivo tiene la potestad de establecer pautas para las agencias que ejecutan la ley migratoria. Es por eso que, bajo nuevas directrices establecidas por la Casa Blanca, ICE cambió sus objetivos. Desde mediados de febrero, se estableció que la prioridad para deportaciones serían tres categorías:
· Personas con antecedentes penales severos
· Personas que representen un riesgo a la seguridad nacional
· Personas que hayan cruzado la frontera ilegalmente en los últimos cuatro meses
Quienes no pertenezcan a una de esas tres categorías no son considerados prioritarios a la hora de establecer una deportación -lo que no quiere decir que no puedan ser deportados, sino que su caso no es considerado urgente-. Los cambios en números comenzaron a notarse un mes y medio después de que la Casa Blanca estableciera las nuevas reglas de trabajo.
El otro gran cambio fue el anunciado la semana pasada, donde se estableció que ya no se efectuarán arrestos a inmigrantes en cortes (a excepción de aquellos que pertenezcan a una de las tres categorías de prioridad). De este modo se busca que los migrantes colaboren con las autoridades sin miedo a acercarse a una corte.
Además, se han quitado las multas diarias que recaían sobre aquellos que tenían ordenes de deportación pendientes. Por cada día que una persona pasaba en Estados Unidos con una orden de deportación, se le cobraban miles de dólares en multa. Hubo casos donde las deudas ascendieron al medio millón de dólares. Ahora, esas deudas serán perdonadas.
La administración Biden ha nominado para estar al frente de ICE a Ed Gonzalez, jefe de la policía del condado Harris, en Texas, de ascendencia mexicana. González se ha manifestado públicamente como un defensor de la inmigración y ha sido crítico de la mano dura de la administración de Donald Trump en este tema.
De ser confirmado en el cargo, es probable que Gonzalez minimice las redadas migratorias, ya que en el pasado ha manifestado que no ve el sentido de “deportar a millones de migrantes indocumentados que no representan un peligro para los Estados Unidos”.
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