Los jefes de la diplomacia israelí y marroquí firmaron el miércoles varios acuerdos de cooperación política, aviación, cultura y deportes durante la primera visita de un ministro de Israel a Marruecos tras la normalización a fines de 2020 de las relaciones entre ambos países.
AFP
Estos acuerdos «aportarán a nuestros países innovación en provecho de nuestros niños», declaró el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, quien saludó «la restauración de la paz y la amistad» impulsadas por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Marruecos es el cuarto país árabe – tras Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán – en establecer relaciones con Israel en 2020, gracias a la mediación de Estados Unidos y en contrapartida del reconocimiento norteamericano de su «soberanía» sobre el disputado territorio del Sáhara Occidental.
Durante esta visita calificada de «histórica» por Lapid, ambas partes cerraron dos acuerdos y un memorando de cooperación y establecieron mecanismos de consultas políticas.
Los dos países ya firmaron acuerdos sobre agua, aviación y finanzas durante la primera visita de una delegación oficial israelí llegada en diciembre de 2020 en el primer vuelo directo entre Rabat y Tel Aviv.
Lazos profundos
En su reunión, Lapid y su anfitrión marroquí, Nasser Bourita, hablaron de la situación en Oriente Medio y en particular del conflicto israelo-palestino, del que Bourita subrayó la necesidad de «retomar las negociaciones» para «lograr una solución sobre la base de dos Estados».
Lapid se limitó a señalar que la normalización de relaciones entre Israel y países árabes prueba que «algo está cambiando en la región».
Cuando se hizo el anuncio de la normalización de las relaciones con el Estado hebreo, el rey de Marruecos, Mohamed VI, garantizó al presidente palestino, Mahmud Abas, el «compromiso permanente y sostenido de Marruecos en favor de la causa palestina justa».
La causa palestina sigue movilizando a la sociedad civil y algunos partidos de extrema izquierda e islamistas se oponen a la normalización de las relaciones con Israel, calificadas de traición por los palestinos.
Marruecos e Israel mantuvieron relaciones oficiales de 1993 al 2000, cuando se inició la segunda intifada en los Territorios Palestinos contra la ocupación israelí.
En su declaración, Lapid subrayó los lazos culturales profundos entre el reino y los israelíes de origen marroquí.
El jueves está previsto que Lapid inaugure la representación diplomática israelí en Rabat y visite Beth-El, una de las sinagogas más emblemáticas de Casablanca antes de regresar a su país.
La comunidad judía de Marruecos es la más importante de África del Norte y, en general, los cerca de 700.000 israelíes de ascendencia marroquí han guardado fuertes lazos con su país de origen.
«Nuevas oportunidades»
La visita de Lapid se produce unas dos semanas después de que las primeras conexiones aéreas comerciales directas empezaran a funcionar.
Antes de la pandemia, entre 50.000 y 70.000 turistas israelíes, la mayoría de origen marroquí, visitaban cada año Marruecos pero tenían que transitar por otros países.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, saludó en un comunicado la visita de Lapid, asegurando que Estados Unidos, artífice bajo Donald Trump del acercamiento israelo-marroquí, seguirá trabajando con los dos países para «crear un futuro más pacífico, seguro y próspero para todos los pueblos de Oriente Medio».
En julio, Marruecos e Israel rubricaron en Rabat otro acuerdo en materia de defensa cibernética, que cubre la «cooperación operativa, investigación, desarrollo e intercambio de información», según publicó en Facebook la Dirección Nacional de Ciberseguridad israelí.
Recientemente, el reino fue acusado de usar el software espía ‘Pegasus’, desarrollado por la empresa israelí NSO. Rabat negó de manera categórica «acusaciones falsas e infundadas», y lanzó acciones judiciales.
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