Las prisas de Borrell por regresar obedecen al temor de que la ausencia de diplomáticos occidentales deje el campo abierto a países como Rusia, China, Irán, Pakistán y Qatar
La Unión Europea intenta extraer lecciones de lo que ha sucedido en Afganistán. Los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores se han reunido sucesivamente al comienzo de la presidencia eslovena y han empezado a delimitar sus posiciones sobre el rumbo que puede seguir la UE para afrontar futuras crisis y para no caer en situaciones como la que se ha dado este verano en Kabul. No hay soluciones, porque las reuniones no se habían previsto para tomar decisiones legales, pero sí han comenzado la reflexión para que tal vez puedan tomarlas en los próximos meses los jefes de Estado o de Gobierno.
Para empezar, los países miembros han considerado la posibilidad de restablecer una presencia conjunta en Kabul para llevar a cabo operaciones humanitarias de evacuación, si las condiciones de seguridad lo permiten, pero eso no significa que vayan a reconocer al nuevo régimen impuesto por los talibanes, que siguen siendo considerados como un grupo terrorista por la mayor parte de los Gobiernos europeos. En cuanto al desarrollo de una Europa de la Defensa, que es un tema que forzosamente se ha vuelto a poner sobre la mesa, la única constatación es que el debate sigue estando muy verde y que ha sido precisamente la crisis de Kabul la que ha despejado todas las posibles dudas sobre el hecho de que sin el apoyo técnico y táctico de Estados Unidos, ningún país europeo está en condiciones de operar en una zona de conflicto, ni siquiera si se aceptase la idea de la presidencia eslovena de aumentar los efectivos de la fuerza europea de reacción rápida de los actuales 1.500 hombres a los 5.000.
Respecto a los primeros pasos que van a plantearse, la cuestión esencial es qué hacer con los barbudos extremistas que han tomado el poder en Kabul y han expulsado de mala manera a las últimas tropas occidentales. «Hemos decidido trabajar de manera coordinada para coordinar nuestro contacto con los talibanes, incluso a través de una presencia conjunta de la Unión Europea en Kabul si se cumplen las condiciones mínimas de seguridad», dijo el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, después de la reunión informal de ministros de Exteriores.
Acercamientos «operativos»
Borrell ha sido desde el primer momento partidario de mantener cuanto antes acercamientos «operativos» con los talibanes, aunque la mayoría de los gobiernos son bastante más reticentes y en todo caso prefieren que esos primeros contactos los lleve a cabo la UE como tal, mientras evalúan el comportamiento de las nuevas autoridades de Kabul. Del reconocimiento oficial del gobierno talibán depende el desbloqueo de los fondos y transferencias desde el extranjero.
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